La medicina Ayurveda, como toda medicina natural preocupada de promover una atención integral a la persona (tanto a nivel corporal como a nivel mental), no podía renunciar a los beneficios que, para el cuerpo y la salud, pueden tener los masajes.

Dentro de la tradición Ayurveda podemos encontrar diversos masajes que nos servirán para mantener el cuerpo más joven, fuerte y sano. El masaje Ayurveda, pues, es un masaje típicamente preventivo: su función no es tanto sanar lo enfermo como prevenir que la enfermedad pueda adueñarse del cuerpo.

Con el masaje Ayurveda se reequilibran los niveles de energía y se persiguen algunos de los siguientes beneficios:

  • Refuerzo del desarrollo espiritual de la persona.
  • Mejora de la flexibilidad muscular.
  • Relajación del sistema nervioso y, por tanto, relajación general.
  • Mejora de la postura corporal y la estructura ósea.
  • Combatir la ansiedad y el estrés.

El masaje Ayurveda, sin embargo, y como sucede con muchos otros tipos de masaje, está contraindicado en algunas situaciones. El masaje Ayurveda no debe ser aplicado cuando existe fiebre o cuando se padece una enfermedad infecciosa. Tampoco debe ser aplicado cuando se tiene la menstruación, cuando se ha sufrido alguna trombosis o cuando se están tomando diversos medicamentos como pueden ser antidepresivos, psicofármacos o medicamentos destinados a tratar enfermedades cardiovasculares.

Aceites para masaje Ayurveda

Los masajes Ayurveda no pueden ser concebidos sin que intervenga en ellos los aceites para masaje. Éstos pueden ser tantos como enfermedades existen. Escoger el aceite para masaje Ayurveda apropiado para cada persona es fundamental para frenar las posibles enfermedades que puedan aquejar a dicha persona. Los aceites lubrican, hidratan y protegen la piel y permite que los componentes naturales elegidos penetren en la piel y llevan sus beneficios hasta las capas más profundas de la piel. Será ahí, en esas capas profundas, donde el aceite de masaje cumpla con su función principal.

Los aceites de masaje para masaje Ayurveda están realizados con aceites base que son completados con otras sustancias. Estas sustancias que sirven para complementar al aceite base pueden ser hierbas, semillas, plantas e incluso leche de cabra. El principal requisito que deben cumplir estos componentes es el de ser productos naturales y biológicos. Es decir: no se aceptan componentes químicos ni transgénicos. Los aceites naturales para masaje Ayurveda deben ser obtenidos en primera prensada, en frío. Los aceites para masaje Ayurveda más comunes son los aceites de sésamo, coco, mostaza, oliva, almendra o girasol, entre otros.

La sesión de masaje Ayurveda

El masaje Ayurveda comienza en el mismo instante en que la persona que va a realizarlo dialoga con la persona que va a recibirlo para, a partir de los datos aprendidos en dicha charla, elegir el tipo de masaje Ayurveda idóneo para esa persona. ¿Qué datos son ésos? El tipo de piel, por ejemplo. O la estructura corporal. O cómo duerme la persona que va a ser tratada. O cómo son su metabolismo y su digestión. Conocido todo eso, la persona que va a realizar el masaje podrá conocer qué tipo de aceite debe utilizar y cómo van a ser la intensidad y la presión empleadas a la hora de realizarlo.

Para que el masaje Ayurveda resulte verdaderamente efectivo es necesario que la mente de la persona que va a recibir el masaje se encuentre en la situación idónea de relajación. Para alcanzar dicha relajación es fundamental contar con la ayuda de una ambientación que, en el espacio en que se proporcione el masaje, ayude a ello. Una luz tenue, una temperatura adecuada, una música relajante y unas velas de olor ayudarán a crear ese ambiente en el que resultará mucho más fácil relajarse y obtener los máximos beneficios posibles de un masaje Ayurveda.

Entre los masajes ayurvédicos quizás el más popular es el masaje Abyanga o masaje Abhyangam, un masaje que se realiza por todo el cuerpo. Junto a éste, son muy populares también el masaje Siro Dara, consistente en verter aceite sobre la frente del paciente, y el masaje Kansu, destinado a trabajar la planta de los pies.