La meditación puede ser definida como un estado de conciencia caracterizado por la quietud y la calma interior. El objetivo final es el logro supremo de la paz espiritual. Yoga y meditación están íntimamente relacionadas. En este artículo vamos a ver cómo es esa relación.

La mente tiene que estar calmado vez en cuando para mantener el sistema funcionando al máximo rendimiento. El meditar ayuda en esa tarea. Es fundamental para relajar la mente y liberarla de la tensión del pensamiento.

Basta con dedicar un corto período cada día a esta tarea para mantener limpio y claro ese sistema. Si lo haces, te sentirás mejor, con mayor precisión y con una visión más clara. Serás capaz de concentrarte y enfocarte en cosas que nunca antes podrías. Podrás relajarte de verdad.

La meditación difiere del sueño profundo o la relajación, ya que implica un esfuerzo mental activo en lugar de un descanso total. En este artículo vamos a explicarte en qué consiste, cómo (sin ser lo mismo) ser convierte en parte fundamental del Yoga y te vamos a explicar unas nociones básicas sobre cómo meditar.

Yoga y meditación

¿Yoga y meditación es lo mismo?

Aunque no es necesaria la meditación para practicar Hatha Yoga ni es necesario recurrir al Hatha para meditar, lo cierto es que las dos disciplinas se apoyan mutuamente.

La práctica del yogui incremente la capacidad para concentrarse y relajarse, y estos dos son, precisamente, los dos requisitos más importantes para poder meditar. Eso no quiere decir que debamos contestar sí a quienes se preguntan si Yoga y meditación son lo mismo.

La afirmación Yoga es meditación es falsa. No lo son. Que muchos beneficios sean los mismos en una práctica y otra no quiere decir que ambas sean lo mismo.

Por ejemplo: mientras el meditar implica quietud, el Yoga está relacionado de una forma más o menos directa con el movimiento. Realizar las asanas, de hecho, implica moverse (aunque una vez ejecutadas se persiga la quietud).

Una práctica y orta, sin embargo, favorecen la obtención de nuevas perspectivas sobre la vida. Para ello es necesario entendernos a nosotros mismos. Conocernos. Y ése, precisamente, es uno de los objetivos de este tipo de prácticas y lo es, también, del Yoga.

Con el tiempo, y gracias a estas prácticas, incrementaremos nuestra propia creatividad y los recursos internos que tenemos para vivir el día a día de una forma más plena.

Junto a estos beneficios de la meditación hay muchos otros de los que vamos a hablarte en el siguiente apartado.

Meditación y Yoga

Beneficios de la Meditación

La de meditar es una actividad muy beneficiosa para todas las personas, pero en especial lo es para todas aquellas personas que viven el día a día de una forma estresante y agitada. Nos enseña a controlar el estrés, mejora nuestra salud física e incrementa nuestro bienestar emocional.

Practicar la meditación a diario, aunque solo sea unos minutos, nos aporta, entre otros los siguientes beneficios:

  • Mente y cuerpo se unen y funcionan al unísono.
  • Promueve el descanso y un sueño reparador.
  • Reduce el estrés y la ansiedad.
  • Se reducen sentiminetos debilitantes como la ira, el miedo, la depresión, la negatividad y el aburrimiento.
  • Reduce la tasa de metabolismo y el ritmo cardíaco se reduce.
  • Reduce la presión arterial.
  • Ayuda a reducir los niveles de colesterol en sangre.
  • Disminuye la transpiración.
  • Aumenta la resistencia física.
  • Mejora el sistema inmunológico.
  • Mejora la regulación de la glucosa y, por tanto, ayuda a luchar contra la diabetes.
  • Reduce la intensidad del dolor en los casos de dolor crónico, permitiendo que se reduzca el consumo de analgésicos.

Mientras meditamos nos encontramos más a gusto con nosotros mismos y con el universo, y somos más capaces de trabajar con eficacia y de ser más sociables sin relacionarnos con los demás de una forma menos ansiosa y hostil.

Vistos los múltiples beneficios derivados de este tipo de ejercicios, vamos a dar a continuación una serie de consejos básicos para aprender a meditar.

Música para meditar

¿Cómo meditar? Consejos básicos sobre meditación

¿Eres de los que se preguntan cómo se medita? Nosotros vamos a darte una serie de consejos básicos que van a responder a una serie de preguntas. Esas preguntas son:

  • ¿Cuándo?
  • ¿Dónde?
  • ¿En qué postura?
  • ¿De qué forma?

Vamos a dar respuesta a estas preguntas en los siguientes apartados.

¿Cómo meditar?

¿Cuándo meditar?

Quienes se inician en la práctica de la meditación acostumbran a hacerse esta pregunta: ¿cuándo es mejor llevarla a la práctica?

Los ejercicios puede practicarse a cualquier hora del día o de la noche, pero lo ideal es buscar una coherencia. Lo ideal es realizar la práctica siempre a la misma hora y en el mismo lugar. Así se obtienen los mejores beneficios.

Los mejores momentos son, probablemente, o recién levantados o cuando estamos a punto de ir a dormir; y siempre después de haber transcurrido una media hora desde que se haya comido.

Para los principiantes, una práctica de entre 5 y 10 minutos es suficiente. Conforme se adquiera el hábito de la práctica, podrán irse añadiendo a ésta fragmentos de tiempo de 5 minutos.

Una buena forma de relacionar meditación y Yoga es dedicar un tiempo de entre 5 y 10 minutos a meditar una vez que se haya finalizado la tanda de asanas.

No es bueno intentar meditar en las siguientes situaciones:

  • En un momento del día en que se esté ocupado.
  • Cuando se esté estimulado por la cafeína o el alcohol.
  • Tras una comida abundante.
  • Cuando se está muy cansado (en estos casos se corre el riesgo de quedarse dormidos).
  • Si la persona se siente deprimida o experimenta sentimientos negativos.
    • Aprender a meditar

      ¿Dónde?

      Tan importante como el cuándo es el dónde meditar. Lo ideal es buscar un lugar especial donde hacerlo.

      ¿Cómo debe ser dicho lugar? El sentido común dicta que sea un sitio aislado de cualquier fuente de ruido y perturbación. Si es un espacio cálido y agradable, mucho mejor. En la práctica, puede ser simplemente un rincón del dormitorio que se convierte en un espacio especialmente dedicado.

      Para incrementar el silencio de ese espacio se recomienda desconectar el móvil, apagar (por supuesto) la televisión y, en caso de que lleguen ruidos del exterior que dificulten la concentración, usar tapones para los oídos.

      Hay personas que, para favorecer la relajación, utilizan música para meditar.

      Otra opción es realizar este tipo de prácticas en un espacio exterior. La práctica en el exterior en contacto con la naturaleza hace que sea más fácil relajarse.

      ¿Cómo se medita?

      Posiciones para la meditación

      Escogidos el lugar y el tiempo, hay que escoger una posición para meditar. Se puede hacer sentados, de pie o reclinados/tumbados.

      La postura más recomendada es la postura de sentados. La posición del loto o del medio loto o la postura japonesa (arrodillados en el suelo y con las nalgas pegadas a los talones) son posturas muy adecuadas.

      También se puede realizar una práctica de este tipo permaneciendo sentados en una silla con las piernas sin cruzar y los pies apoyados en el suelo. Esta postura puede ser muy útil para los principiantes.

      Lo importante, y lo que se persigue al estar sentados, es que la columna vertebral se mantenga erguida, firme, relajada y cómoda.

      La meditación de pie, por su parte, suele recomendarse a quienes practican artes marciales. Para ello, los pies deben situarse separados manteniendo entre sí la distancias que mantienen entre sí los hombros.

      Con el cuerpo alineado y conservando una postura relajada (los brazos deben colgar cómodamente a los lados y las rodillas deben evitar realizar esfuerzo), se puede realizar una excelente práctica.

      También estando tumbados se puede meditar. Bastará con acostarse sobre la espalda, boca arriba, con los brazos alineados a los lados del cuerpo y las palmas de las manos hacia arriba.

      Colocados así, se juntarán los talones y se dejará que los pies, completamente relajados, alejen sus puntas el uno del otro.

      Manteniendo una posición simétrica y confortable, ser mantendrán los ojos (a elegir) abiertos o cerrados, aunque es más fácil permanecer despierto con los ojos abiertos.

      Esta posición implica un mayor grado de alerta para permanecer despierto y concentrado. Por lo tanto, los principiantes pueden encontrar más difícil meditar en esta posición sin conciliar el sueño.

      ¿Yoga y meditación es lo mismo?

      Formas de meditar: puntos de enfoque de la concentración

      Como hemos indicado anteriormente la concentración es absolutamente imprescindible en este tipo de prácticas. Es imposible meditar sin concentrarse o, lo que viene a ser prácticamente lo mismo, sin ser capaces de fijar la atención en algo, sin focalizar la mente sobre un aspecto determinado.

      Dicha focalización permitirá cultivar una atención sin distracciones ni divisiones. El aspecto elegido actúa como un ancla firme, una tabla de salvación en medio de los remolinos de pensamientos, imágenes y sensaciones. Es un lugar al que regresar cada vez que se pierde la atención o los pensamientos se enredan en las corrientes de la actividad mental.

      El sostenimiento de la atención a un solo objeto requiere perseverancia y paciencia a medida que se enfrentan una y otra vez con el peregrinaje habitual de la mente cuando se aleja en el pasado y el futuro.

      Cualquier intento de resistir o alejar los pensamientos que surgen sólo aumentará su intensidad. Un regreso suave pero constante de la atención al enfoque seleccionado es el modo de llevar la mente a la calma.

      ¿Sobre qué aspecto se debe focalizar la mente? Eso, el enfoque seleccionado, es lo que determina el estilo de meditación.

      El enfoque puede ser:

      • Un sonido. El Yoga, por ejemplo, emplea los mantras. En nuestro artículo «Los mantras» te explicamos cómo funciona este tipo de enfoque propio del Yoga y de gran utilidad en estos casos.
      • Visualización. La elección de este tipo de enfoque implica la visualización de un objeto, como una flor, un prado, el océano, el cielo claro, un lago en calma, una pantalla de cine en blanco, o una deidad escogida. También puede servir un chakra o centro de energía primaria.
      • Respiración. Concentrar la atención en la forma de respirar, en el ritmo o en cómo entra o sale el aire por las fosas nasales ese uno de los tipos de enfoques más utilizados.
      • Sensaciones físicas. En este caso, la concentración se fija sobre alguna sensación como puede ser qué temperatura se siente en las manos. Este tipo de enfoque puede resultar especialmente complejo. Siempre será más sencillo, en este sentido, focalizar nuestra concentración sobre la respiración.

      Más allá de estos tipos de focalización a la hora de concentrarse hay una forma de meditación a la que se le llama «de atención plena» y que, en cierto modo, engloba a todas las demás.

      En esta última forma de enfoque, cuerpo, mente, sentimientos, estados mentales, percepciones, sonidos y vistas son igualmente abrazados. En la meditación consciente (pues también así se llama a esta forma de meditar) el foco de atención se desplazará de acuerdo con los cambios, momento a momento, tal y como se vayan experimentando.

      ¿Yoga es meditación?