Seguramente, muy pocas ciudades en todo el mundo deban su nombre a un demonio. Mysore, una ciudad india ubicada en el estado de Karnataka, en el sur de la India, es una de ellas.

Mysore es el modo anglófono de citar a Mahishuru. Mahishuru significa la morada de Mahisha, apócope de Mahishasura, uno de los demonios más importantes de la mitología hindú.

Mysore es la segunda ciudad más importante del estado de Karnataka tras su capital, Bangalore. Durante muchas décadas, sin embargo, Mysore fue la capital del estado de Karnataka, ya que la dinastía Wodeyar, que gobernó el estado hasta la independencia del país del poder británico, la eligió como capital de su reino. Esto hace de Mysore una ciudad en la que la presencia de palacios, templos y jardines adquiere una gran importancia (se la ha llegado a llamar la Ciudad de los Palacios), lo que la convierte en una cita ineludible para todos aquellos viajeros que visiten el sur de India.

Palacio del Maharajá de Mysore

Entre todos los monumentos dignos de visitar en Mysore el más importante de ellos es el Palacio del Maharajá de Mysore o Palacio Ambas Vilas, un edificio de estilo indiosarraceno, cúpulas esféricas, arcadas y hermosas columnas. El oro y las turquesas sirven para decorar un gran número de salas, que sirven para dar muestra del lujo que rodeaba la vida del maharajá de Mysore en 1912, año en que este palacio fue acabado para reemplazar al viejo palacio de madera, incendiado en 1897.

La decoración interior del Palacio del Maharajá de Mysore es un claro ejemplo de cómo, en un momento histórico determinado, la alta sociedad india intentaba imitar los estilos artísticos occidentales. Así, en el Palacio de Ambas Vilas pueden encontrarse detalles propios del art noveau o del rococó aderezados con un inconfundible aroma oriental.

De entre los detalles ornamentales a destacar el Palacio del Maharajá de Mysore podemos resaltar la Sala de Armas, que posee una interesante colección de armas, la sala del matrimonio, que destaca por su pomposa decoración, sus mosaicos y sus pinturas, y el trono del elefante, un trono de oro y plato enjoyado y con incrustaciones de marfil

Los domingos por la noche, el Palacio abre sus puertas y se ilumina con miles de bombillas que se encienden prácticamente a la vez, componiendo una estampa única y espectacular.

Colina de Chamundi

Unos tres kilómetros al Este de Mysore se alza la colina de Chamundi. Desde esta colina, una de las ocho colinas sagradas de India, existe una inmejorable vista de la ciudad. Ascendiendo la colina de Chamundi se puede contemplar el impresionante nandi o toro sagrado que, esculpido en granito en el siglo XVII, tiene unos cinco metros de altura. Asociado a la fertilidad y decorado con guirnaldas de flores, los peregrinos que acuden a la colina de Chamundi suelen rociarlo con sándalo.

En la colina de Chamundi se encuentran dos de los innumerables atractivos de Mysore. Uno de ellos es el Templo de Chamundeshwari, al que puede llegarse en autobús desde el centro de la ciudad. Este templo está dedicado a la diosa Chamundi o Durga. Esta diosa fue la que encarceló a Mahishasura, el demonio-búfalo que da nombre a la ciudad. Esa victoria simboliza el triunfo del bien sobre el mal en la mitología hindú. Es habitual que los creyentes hagan cola para hacer ofrendas a la estatua de la diosa. Ésta, custodiada por dos guardianes, está cubierta por una capa de oro. La torre de este templo mide unos 40 metros de altura.

El otro atractivo principal de la colina de Chamundi es el Rajendra Vilas o Palacio de Verano, edificio cuya construcción se inició en 1920 en el mismo lugar en que se hallaba el antiguo palacio de verano de los maharajás de Mysore.

Otros lugares a visitar en Mysore

Junto a los lugares citados, Mysore posee otros puntos de ineludible visita. Uno de ellos es el Palacio Jaganmohana. Este palacio, construido en 1861 para servir como alojamiento alternativo de la familia del Maharajá, se convirtió en galería de arte en 1915. En la actualidad, el Palacio Jaganmohana atesora más de 2.000 cuadros.

La catedral de Santa Filomena es otro de las citas turísticas de Mysore. Con sus torres de 175 metros de altura, la catedral de Santa Filomena, inspirada en la catedral de Colonia, es una de las iglesias más grandes de la India. De estilo neogótico, esta catedral fue construida a mediados del siglo pasado.

Unas décadas antes se construyó el Lalitha Mahal, el segundo palacio más importante de Mysore. El Maharajá Krishnaraja Wadiyar IV encargó su construcción en 1921 para que sirviera de residencia al virrey de la India cuando éste se encontrara en la ciudad. Situado a los pies de la colina de Chamundi, este palacio, que ahora es usado como hotel de lujo, está construido en estilo renacentista y es una de las imágenes más populares de Mysore.

Dasara

Mysore es famosa por sus festividades. Unas de las más importantes tienen lugar durante el Dasara, el festival estatal de Karnataka. Esta fiesta dura diez días y en su noveno día tiene lugar la adoración de la espada real. Para realizar dicha adoración se celebra una procesión a la que acuden camellos, elefantes y caballos ornamentados.

El último día de la festividad de Dasara se celebra una procesión en la que se pasea la imagen de Chamundeshwari. Bandas de música, elefantes, caballos, camellos y grupos de baile acompañan a la diosa, que, cubierta su espada por una capa de oro, es transportada a lomos de un elefante decorado por las calles de Mysore. La procesión, que se inicia en el Palacio Ambas Vilas, finaliza en Bannimantapa, un lugar en el que se halla el árbol banni, que es objeto de culto.

Las festividades Dasara, que cumplieron 400 años de antigüedad en 2010, finalizan con un desfile de antorchas. Así se pone fin a diez días en los que se celebran múltiples conciertos de música y danza en auditorios diseminados por toda la ciudad y sus alrededores. Durante Dasara se celebran también combates de lucha a los que acuden luchadores de toda la India.

Si se desea disfrutar de la fiesta Dasara hay que visitar Mysore entre septiembre y octubre.