Si hay una postura de Yoga ideal para relajar la zona del cuello y evitar que se puedan producir contracturas ésa es la asana Matsyasana, llamada también “postura del pez”, una postura que, en algunos textos tradicionales, aparece calificada como postura “destructora de todas las enfermedades”. Con dicha expresión se pretende señalar las múltiples virtudes asociadas a esta postura de Yoga.

Entre las virtudes de la postura del pez figuran las siguientes:

  • Permite el estiramiento de la región cervical y dorsal de la columna vertebral. Al permitir dicho estiramiento, la postura del pez ayuda a combatir la cifosis, es decir, la formación de una curva exagerada en la parte alta de la espalda. Ese estiramiento elimina también los bloqueos de la zona de la garganta y el cuello.
  • Realza el pecho facilitando una respiración profunda y yóguica. Gracias a la Matsyasana, los pulmones se liberan de todo tipo de inhibición y adquieren una mayor capacidad para llenarse de aire. Al actuar de manera tan positiva sobre los pulmones, la postura del pez alivia la bronquitis crónica y el asma.
  • Fortalece los brazos.
  • Estimula el sistema parasimpático, lo que posibilita la relajación.
  • Estimula el chakra corazón.
  • Estimula y tonifica las glándulas pineal y pituitaria.
  • Aumenta la capacidad de resistencia del cuerpo.

¿Cómo hacer la postura Matsyasana?

Para realizar la postura del pez debes seguir los siguientes pasos:

  1. Túmbate boca arriba, junta piernas y pies y coloca tus brazos bajo el cuerpo, con las palmas hacia abajo, intentando juntar los codos debajo de ti y todo lo que puedas.
  2. Flexiona los codos y empuja con ellos hacia el suelo. El peso de tu cuerpo debe quedar apoyado sobre tus antebrazos.
  3. Eleva el pecho hasta que adquieras una posición semejante a la de estar a medio sentar.
  4. Deja caer la cabeza hacia atrás hasta que la coronilla o la parte superior de la cabeza llegue al suelo y apóyala con suavidad sobre él. Cuando hagas esto, abre el pecho todo lo que puedas sin olvidar en ningún momento que el peso debe recaer sobre codos y antebrazos y en ningún momento sobre la cabeza.
  5. Mientras adoptas la postura de Yoga Matsyasana debes mantener pies, piernas y músculos faciales lo más relajados que puedas. Para conseguirlo, intenta distribuir el peso entre los glúteos y los codos y, aprovechando que el pecho está bien abierto, intenta respirar todo lo profundamente que puedas.

Cómo salir de la postura del pez

Una vez hayas permanecido durante un tiempo así y quieras deshacer la postura del pez, deberás seguir los siguientes pasos:

  1. Levanta ligera y lentamente la cabeza, exhala y, de manera progresiva, sin prisas y ayudándote de las manos, baja la espalda.
  2. Coloca las manos entrelazadas, detrás de la cabeza, con los brazos pegados a las orejas. Cuando exhales el aire, acerca la barbilla a tu pecho y estira y flexiona el cuello ligeramente. Cuando lo inhales, extiende el cuello para que, así, tu cabeza descanse en el suelo. Gira tu cabeza de un lado a otro, lentamente, un par de veces.
  3. Separa piernas y brazos y adopta una postura de absoluto relax. Adoptada dicha postura, inhala en tres tiempos expandiendo al máximo tu abdomen. Mientras tu abdomen desciende, exhala en tres tiempos.

La práctica regular de la postura del pez puede servir para regular los estados de ánimo así como las tensiones nerviosas y las emociones. La Matsyasana, pues, nos servirá para alcanzar un mejor equilibrio emocional y para dirigir más energía vital (prana) a la zona del cuello y los hombros.

Precauciones al realizar la postura del pez

Hay algunos casos, sin embargo, en el que hay extremar las precauciones al realizar la postura del pez. Las personas que posean trastornos de vértebras cervicales, por ejemplo, pueden adoptar esta postura pero sin arquear el tronco, es decir: deberán realizar una modificación en la asana y, así, sustituirán el acto de apoyar la coronilla en el suelo al echarla hacia atrás por el de apoyar la espalda y el occipucio. Quien posea molestias en las vértebras cervicales puede, también, enrollar una manta y colocarla en la zona de la columna vertebral, desde el coxis hasta los omoplatos. Apoyando la espalda sobre ella se podrá realizar con mayor comodidad esta asana.

Por otra parte, si tienes molestias en la zona lumbar puedes introducir una ligera modificación en la postura y realizarla con las piernas cruzadas o flexionadas.

Las mujeres embarazadas pueden realizar la postura del pez sin ningún problema.