Uno de los aspectos fundamentales de la práctica del Yoga es la respiración. Sólo respirando adecuadamente conseguiremos optimizar al máximo los beneficios de nuestros ejercicios de Yoga. Gracias al control de la respiración conseguiremos regular nuestro nivel de concentración, nuestro estado mental y nuestras emociones. De hecho, es absolutamente recomendable aprender a respirar y a controlar la respiración antes de iniciarse en la práctica del Yoga.

Ejercitando nuestra respiración conseguimos reeducar el cuerpo y mejorar nuestra capacidad pulmonar. Al hacerlo, mejoramos también la oxigenación de nuestros tejidos corporales, aceleramos nuestro flujo sanguíneo, controlamos nuestros patrones de respuesta emocional y, combinando dicho control de la respiración con la ejecución de determinadas asanas de Yoga podemos, incluso, adelgazar. El control de la respiración, unida a la ejecución de distintas asanas para embarazadas, ayuda a la mujer a relajar la musculatura durante el momento del parto y a reconducir la energía.

En el Yoga, al control de la respiración se le llama Pranayama y es una de sus claves. Para aprender a controlar la respiración debemos saber, primero, cómo se produce ésta. En el acto de la respiración hay una membrana que, separando los pulmones del estómago, desempeña una función capital. Esa membrana es el diafragma. Cuando inhalamos el aire, el diafragma presiona al estómago y el abdomen sale hacia afuera. Cuando exhalamos, el diafragma vuelve a su posición original. Controlar la respiración es, en el fondo, controlar el diafragma.

En este artículo queremos recoger los diversos tipos de respiración que podemos encontrar en el Yoga. Esos tipos son, básicamente, tres:

  • Respiración abdominal o baja. Esta es la respiración más común. Al inspirar, el abdomen se hincha y, al hacerlo, masajea las vísceras, el bazo, el estómago y el páncreas, favoreciendo el funcionamiento de todos ellos. Eso, en principio, es bueno. Pero si abusamos de este tipo de respiración (es decir, si siempre practicamos la respiración abdominal), nuestros músculos abdominales perderán tonificación y adquiriremos una mala actitud postural que hará que nuestra espalda se encorve. Este tipo de respiración acostumbra a utilizarse para perseguir la respiración.
  • Respiración torácica, media o intercostal. Este tipo de respiración es una respiración es una respiración incompleta que se realiza con los músculos de las costillas. Éstos son los encargados de expandir nuestra caja torácica.
  • Respiración clavicular o alta. Este tipo de respiración es la más superficial de toda. Para realizar este tipo de respiración hemos de elevar las clavículas mientras se contrae el abdomen. El esfuerzo que implica el realizar este tipo de respiración no encuentra compensación en la cantidad de aire que se obtiene en cada una de sus inspiraciones.

La respiración que habitualmente se utiliza en las prácticas de Yoga es la respiración completa, que vendría a ser algo así como la fusión de las tres anteriores. Al ejecutarla, primero se llenan de aire, y por este orden, las partes inferior, media y alta de los pulmones y, al expulsarlo, se elimina en orden inverso. Al ejecutar este tipo de respiración debemos mantener inmóviles y pasivos tanto los hombros como el pecho. Sólo las costillas se expandirán y contraerán, como un muelle, durante la inhalación (purvaka) y la exhalación (recaka), respectivamente.

Mientras se realizan las asanas, la respiración debe realizarse de la manera más profunda y lenta posible. Además, durante la práctica de las asanas, la respiración se convierte en el indicador que nos dice cuando debemos estirar, flexionar, aflojar o soltar. Por regla general, la inspiración acompaña a movimientos de apertura, extensiones o elevaciones de brazos, y las espiraciones a las flexiones y a los movimientos de recogidas.

Para obtener el máximo beneficio de las asanas de Yoga hay que inspirar y espirar por la nariz. Al respirar por la nariz estamos filtrando el aire y dándole una temperatura adecuada para que entre en nuestro cuerpo.

Técnicas respiratorias de Yoga

Más allá de estos tres tipos básicos de respiración, hay asanas o posturas de Yoga que, para lograr su máxima efectividad y conseguir sus objetivos, exigen la ejecución de otros tipos de técnicas de respiración. El escoger la técnica de respiración adecuada servirá, en este caso, para favorecer un estiramiento o una visualización o para conseguir una mayor o menor energía.

Entre las diferentes técnicas de respiración que podemos utilizar en nuestras asanas de Yoga podemos encontrar las siguientes:

  • Respiración sencilla (Sukha Purvak). Para realizar este tipo de respiración, vacía totalmente los pulmones y haz una respiración profunda. Apretando el mentón, aguanta el aire durante ocho segundos. Una vez hayan transcurrido esos segundos, eleva la cabeza y espira profundamente y con calma durante otros ochos segundos.
  • Respiración alterna (Anuloma Viloma). Este tipo de respiración para Yoga ayuda a equilibrar la energía. Para realizarla, coloca el dedo índice de tu mano derecha entre las cejas y el pulgar cerrando el agujero derecho de la nariz. Inspira por el lado izquierdo y aguanta el aire cinco segundos. A continuación, cierra la narina izquierda con el dedo anular, abre la derecha, y expulsa el aire por ella. Una vez hayas espirado, aguanta cinco segundos sin aire. Cuando hayan transcurrido los cinco segundos, inspira por la narina derecha manteniendo la izquierda cerrada. Cuando hayas inspirado, aguanta el aire cinco segundos y, a continuación, cuando hayas vuelto a tapar la narina derecha, abre la izquierda y echa el aire por ella.
  • Respiración sonora (Ujjayi). Este tipo de respiración para Yoga sirve para relajar y equilibrar el sistema nervioso. Si deseas aprender a realizar este tipo de respiración, lee nuestro artículo “La respiración ujjayi”. En él te damos las indicaciones necesarias para conseguirlo.
  • Respiración zumbadora (Bhramari). Este tipo de respiración para Yoga produce una vibración similar a la que se produce cuando pronunciamos “Om”. Para ejecutarla, siéntate, inspira profundo durante siete segundo y, abriendo un poco los labios, espira produciendo una especie de zumbido. Intenta mantener la espiración durante unos 14 segundos.
  • Respiración retenida (Kumbahka). A este tipo de respiración para Yoga se la llama también respiración en cuadrado. Para ejecutarla hay que inspirar durante 7 segundos, mantener el aire durante otros 7 y espirarlo durante otros 7 segundos para mantenerse sin aire durante 7 segundos más. Repitiendo este ciclo durante, al menos, 10 veces, conseguiremos activar nuestra circulación.

En próximos artículos de IndiaMágica profundizaremos en éstos y en otros tipos de respiración para Yoga.