Uno de los principales monumentos que visitar en Delhi, incluido en la lista de monumentos Patrimonio de la Humanidad publicada por la Unesco en 1993, es la Tumba de Humayun. Lo primero que debe decirse de este bello edificio es que basta mirarlo para comprender por qué muchos autores dicen que es el precursor directo del Taj Mahal. No en vano, y al igual que el famosísimo mausoleo de Agra, la Tumba de Humayun es un jardín-tumba (en concreto, el primer jardín-tumba del subcontinente indio).

Hablar de la Tumba de Humayun es hablar de un complejo formado por diversos edificios. Dentro de ese complejo, que se halla emplazado cerca del río Yamuna, podemos encontrar la que es la tumba principal y da nombre al complejo, es decir: la tumba en la que reposan los restos del emperador Humayun, el segundo emperador mogol de la India. Junto a esta tumba principal, en el complejo de la Tumba de Humayun podemos encontrar también otras tumbas secundarias, alguna mezquita y otras construcciones, así como un magnífico jardín en el que existen diversos estanques unidos por canales y que, según se dice, podría simbolizar el paraíso.

Vida de Humayun

La Tumba de Humayun es, sin duda, una tumba digna de un emperador. Humayun, natural de Kabul y que vivió entre los años 1508 y 1556, fue, tal y como hemos apuntado anteriormente, el segundo emperador del imperio mogol de la India. Hijo de Babur, que era descendiente de Gengis Khan y que tuvo el honor de ser el fundador del imperio, Humayun tuvo que luchar continuamente contra los rajás a los que su padre había sometido.

Las luchas continuas contra los afganos y otros pueblos le hicieron perder el trono y tuvo que ser con la ayuda del Sah de Persia y luchando contra su propio hermano como consiguió, en 1555 y tras quince años en el exilio, recuperarlo. Una vez en él, Humayun pudo disfrutarlo muy poco. El 22 de febrero de 1556 (es decir: apenas un año después de haber vuelto al poder), Humayun cayó desde lo alto de una escalera en su biblioteca, falleciendo a consecuencia de la caída.

Hamida Begum, la que era la segunda esposa del emperador Humayun, ordenó entonces construir un mausoleo en honor de su desventurado esposo. Como se ve, el paralelismo con el origen del Taj Mahal es evidente. En este caso, sin embargo, y al contrario de lo que sucedería con el famoso mausoleo de Agra, que fue fruto del deseo de rendir homenaje por parte de un esposo a su esposa, es la viuda quien, mediante la construcción de un mausoleo, desea homenajear a su fallecido esposo.

El encargado de realizar las obras de la Tumba de Humayun fue Mirak Mirza Ghiyuath, arquitecto persa que ya había diseñado varios edificios importantes en diversas partes de la India y que era de la misma tierra que Hamida Begum. No se sabe exactamente cuándo se iniciaron las obras de la Tumba de Humayun. Hay autores que dicen que fue en el año 1574, nueve años después de que el emperador falleciera. Otros, por su parte, sostienen que el año de inicio de las mismas fue 1579.

Un mausoleo de estilo mogol

El buen estado de conservación de la Tumba de Humayun nos permite contemplar las características principales de un estilo arquitectónico, el estilo mogol, que se estaba formando, precisamente, cuando ese construyó la tumba del malogrado emperador Humayun.

De estructura octogonal y con techos profusamente decorados con pinturas, la Tumba de Humayun está construida con arenisca roja (un material muy común en las construcciones indias de estilo mogol). A esta arenisca roja, para embellecerla y hacerla mucho más atractiva, se le añadieron detalles y elementos decorativos elaborados en mármol blanco y negro.

La Tumba de Humayun posee una sala central que tiene una altura de dos pisos y que está flanqueada por cuatro salas, que son también octogonales. Contemplar la estructura arquitectónica de la Tumba de Humayun es contemplar un canto absoluto a la simetría. Son simétricas todas las fachadas del edificio y es también simétrico el conjunto total del mismo. Sobresaliendo sobre el edificio contemplamos una doble cúpula blanquecina de 42,5 metros de altura. El blanco a esta esbelta cúpula se lo da el mármol que la recubre.

Alrededor del edificio en que se halla la tumba principal y salpicando el jardín, podemos encontrar, tal y como apuntábamos al inicio de este artículo, otras tumbas. En esas tumbas, al parecer, reposan los restos de la viuda principal de Humayun, de su viuda más joven y de algunos dignatarios de su corte.

Entre todas las tumbas que podemos encontrar en el recinto de la Tumba de Humayun destacan tres por su buen estado de conservación. Esas tres tumbas son:

  • Tumba del barbero. A esta tumba siempre se la ha llamado así, aunque no se sabe a ciencia cierta quién reposa en este edificio que, siendo externamente octogonal, tiene una planta cuadrada en su interior.
  • Tumba de Isa Khan. Este edificio consta de una sala central de forma octogonal rodeada por tres arcos. En un lateral de este edificio, en el que, al parecer, reposan los restos de algunos subalternos de Humayun, puede contemplarse un minarete.
  • Tumba de Nili Chatri. De la fachada original de esta tumba se sabe que poseía una serie de decoraciones. Esas decoraciones, sin embargo, han desaparecido por completo de la mencionada fachada. En este sepulcro reposan los restos de un servidor de la corte del emperador Akbar, que era hijo de Humayun y de Hamida Begum y que está considerado el mayor de los emperadores mogoles. Akbar, que falleció de disentería en Agra, está enterrado a las afueras de dicha ciudad india, en la llamada Tumba de Akbar. A ella dedicaremos, próximamente, artículo en nuestra web.

El edificio principal del complejo la Tumba de Humayun se encuentra en perfecto estado de conservación. No en vano, el Programa de Apoyo a Ciudades Históricas impulsó unos trabajos de restauración que se iniciaron en 1999 y concluyeron en 2003. Sin duda, toda aquella persona que visite la India y decida pasar varios días en Delhi, tiene con la Tumba de Humayun una cita ineludible.