Solemos asociar el concepto de memoria con la capacidad de retener información y con la facultad de recuperar un recuerdo, un dato o algo vivido en un momento dado. Pero la memoria es algo más que ser capaz de recordar que la Revolución Francesa estalló en 1789 o que el autor de Crimen y castigo no es Leon Tolstoi sino Fiodor Dostoievski.

La memoria es una facultad dinámica de la mente que se encarga de analizar de manera activa la información asimilada y de procesarla para que nuestra mente y nuestro cuerpo la utilicen tanto de manera consciente como de manera inconsciente. Esta tarea es fundamental para gozar de una vida próspera y saludable.

Para que la memoria cumpla con esta tarea de una manera efectiva es necesario que esté entrenada. Sólo un buen entrenamiento permitirá que, ante la avalancha de inputs informativos que recibimos al cabo del día, los mecanismos de nuestra memoria actúen seleccionando y reservando aquéllos que son verdaderamente importantes para nosotros. De entre todos los tipos de entrenamiento de la memoria que existen, uno de los más efectivos es la práctica del Yoga.

El Yoga influye beneficiosamente tanto sobre la memoria estática como sobre la memoria dinámica. Gracias a la práctica del Yoga fortalecemos todas las facultades de la mente y la memoria, tanto la retención de datos, como el análisis de los mismos, como, finalmente, la recuperación de esos datos cuando los necesitamos.

Gracias al Yoga conseguimos agudizar nuestra capacidad de percepción audio-visual, lo que nos permite, en primer lugar, captar más inputs informativos, y, en segundo lugar, mejorar nuestras facultades a la hora de procesar la información que nos envían nuestros sentidos.

La práctica del Yoga, fundamentada en la combinación de asanas, de ejercicios de respiración y de las diversas técnicas de meditación que la acompañan, estimula el riego sanguíneo cerebral, con lo que mejora el funcionamiento del cerebro.

Entre las asanas que pueden servirnos para mejorar nuestra memoria podemos encontrar las siguientes:

  • La vela o Sarvangasana
  • Vertical de cabeza abajo o Shirshasana
  • Flexión de pie hacia delante o Uttanasana
  • Flexión hacia el frente sentado o Paschimottanasana

Veamos cómo se realiza cada una de estas asanas para estimular la memoria.

La vela o Sarvangasana

Túmbate boca arriba y, presionando con las palmas de las manos hacia el suelo, sube las piernas 90º inclinándolas sobre el pecho. Una vez colocada así levanta lentamente los glúteos y la espalda del suelo. Al elevar la espalda, sírvete de los brazos y las manos para sujetar, enderezar el cuerpo y mantener el equilibrio de las piernas, que deberán permanecer perpendiculares al suelo.

Una vez adoptada la asana de la vela, y para que esta postura de yoga para mejorar la memoria cumpla su cometido, respira con normalidad.

Al abandonar la postura hazlo con calma, inclinando las piernas hacia delante y dejando rodar la espalda sobre la esterilla mientras se bajan las piernas.

Shirshasana o vertical de cabeza abajo

Para realizar esta postura de yoga para mejorar la memoria, ponte de rodillas en el suelo y apoya los antebrazos colocando los codos a una distancia equidistante de los hombros, mientras entrelazas los dedos de tus manos y colocas la parte superior de la cabeza justo por delante de las manos entrelazadas.

Una vez colocada así, estira las piernas e intenta, poco a poco, acercarlas hacia la cabeza apoyando las puntas de los dedos de los pies sobre el suelo. Al realizar este movimiento, el peso de tu cuerpo se irá trasladando de manera progresiva hacia el triángulo que forman los brazos y las manos entrelazadas.

Cuando te resulte imposible acercar más las piernas a la cabeza, sube una pierna doblada por la rodilla junto al abdomen y mantén el pie pegado al glúteo. Tras ello, e intentando mantener el equilibrio y la estabilidad, eleva la otra pierna. Haz estos movimientos sin prisa para poder ejecutar esta asana correctamente.

Una vez te sientas seguro o segura, estira y eleva las piernas hasta que la estires del todo hasta que dibujes una línea recta con el cuerpo. Mantén la postura durante el tiempo que aguantes y durante un máximo de quince minutos.

Cuando quieras acabar con esta asana de Yoga para mejorar la memoria, realiza los mismos movimientos anteriores, también de manera calmada, pero a la inversa.

Uttanasana o flexión de pie hacia delante

Para realizar esta asana para entrenar la memoria, colócate de pie (puedes estar tanto con los pies juntos como con los pies separados) y, mientras inspiras y espiras profundamente, inclínate poco a poco hacia delante.

Al realizar esta postura es importante mantener rectas tanto la espalda como las caderas y relajar el cuello para, de ese modo, dejar que la cabeza cuelgue.

Finalmente, coloca las palmas de las manos sobre el suelo, estira la columna, baja la coronilla y coloca tu cabeza con la cara mirando hacia las rodillas.

Esta postura de Yoga, además de para mejorar la memoria, sirve también para mejorar la flexibilidad.

Paschimottanasana o flexión hacia el frente sentados

Si quieres realizar esta postura de Yoga para mejorar la memoria, siéntate, inspira profundamente, estira los brazos y levántalos. Mientras haces esto, estira las piernas y, apuntando hacia el techo con los dedos de los pies, intenta alejar los talones del cuerpo. Con la espalda estirada, bien recta, aguanta durante unos segundos manteniendo una respiración normal.

Tras echar el aire, inclínate hacia delante desde las caderas y baja tus manos hasta sujetar los dedos de los pies. Hecho esto, inspira y mantén una respiración normal. Cada vez que eches el aire, intenta inclinarte una vez más para, de ese modo, acercar cada vez más tu cara a tus rodillas. Cuando, al final, aquélla descanse sobre éstas, deja caer los codos contra el suelo y rodea los talones con los dedos.

Para que esta asana para entrenar la memoria surta efecto, mantén la postura durante 20 y 30 segundos y, a continuación, repite todos los movimientos que has efectuado en sentido inverso y lentamente.

Estas cuatro asanas de Yoga, combinadas con unos ejercicios de meditación y respiración adecuados, deben servir para mejorar tu memoria.