La India y, con ella, su cultura y su literatura, han sido las invitadas de honor de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara que se ha celebrado en la ciudad mexicana entre los días 30 de noviembre y 8 de diciembre. No en vano, con esta invitación al país asiático, México no hace sino rendir homenaje a la relación que en su día mantuvo uno de sus grandes autores y Premio Nobel de Literatura en 1990, Octavio Paz, con la India.

Octavio Paz, que fue entre 1962 y 1968 embajador de México en la India, fue un enamorado de la mitología hindú y de la India. Ésta, de hecho, está presente en varias obras fundamentales del poeta y narrador mexicano. El mono gramático (ambientada en el estado de Rajastán, ubicado en el norte del país) o Vislumbres de la India (obra publicada en 1995 y en la que el ya premiado Nobel reflexiona sobre el impacto que en él tuvo la India tanto a nivel vivencial como a nivel espiritual) son dos de esas obras.

Paz captó rápidamente, desde su primera visita como agregado cultural, todavía en la década de los 50, hasta qué punto la cultura de la India era una cultura única por muchos motivos. Para empezar, la India ha conseguido en gran medida mantener sus tradiciones durante centenares de años sin que éstas se degraden en exceso. La organización de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, de hecho, ha destacado en su presentación de India como cultura invitada a la Feria el hecho de que la India posee, a su decir, “la tradición cultural continua más antigua del mundo”.

Los organizadores de la Feria literaria mexicana destacaron también el hecho de que la India sea un variopinto mosaico de culturas, razas, religiones, lenguas… No en vano, en la India existen alrededor de “184 idiomas nativos, 25 sistemas de escritura, decenas de tradiciones orales de literatura y múltiples tradiciones de literatura escrita”. Este complejo mapa lingüístico se refleja en un paisaje literario extremadamente rico y diverso que, sin embargo, resulta muy unitario a nivel de aspiraciones y de pensamiento.

Los organizadores de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara han utilizado la expresión “unidad en la diversidad” para explicar cómo en gran parte de la creación literaria de la India está presente un marcado componente espiritual. Éste, sin duda, fue, junto a la religión y la mitología, el eje central alrededor del que giraban las primeras obras literarias de la India. Posteriormente, y a lo largo de los siglos, se empezaron a tratar en ellas temas de carácter social, político y económico.

A finales del siglo XIX y mediados del XX surgieron una serie de autores que, influenciados por lo occidental, empezaron a realizar obras en las que elementos heredados de la cultura sánscrita se mezclaban con elementos literarios y formas de hacer puramente occidentales.

El siguiente paso dado por la literatura india fue el de incorporar a su tradición la obra de autores que, a partir de mediados del siglo XX, empezaron a escribir en inglés. Nombres como los de Rabindranath Tagore, V.S. Naipaul, R.K. Narayan, Anita Desai, Amitava Ghosh o Salman Rushdie pertenecen, entre otros, a este último grupo, y han servido para internacionalizar la literatura india.

Así, lo que la Feria Internacional del Libro de Guadalajara ha demostrado, entre otras cosas, es que la literatura india no puede relacionarse única y exclusivamente con una única lengua. Escrita en muchos idiomas, sin embargo, la literatura india debe entenderse como un crisol en el que se interrelacionan todos esos idiomas y todas esas tradiciones literarias de una manera vital, dinámica y vigorosa.

Obras para conocer la India

De entre todo ese corpus literario y del formado por todas aquellas obras escritas y publicadas con el objetivo de ayudar a conocer mejor la India y su cultura, hemos elegido cinco. Esas cinco obras son las siguientes:

  • India. Tras un millón de motines, de V.S. Naipaul. El Premio Nobel de Literatura 2001, nacido en Trinidad en el seno de una familia india, propone un viaje total en esta obra a través de religiones, castas, clases sociales, aldeas, ciudades, costumbres, paisajes, lenguas… Profundamente subjetiva, esta obra aborda temas como el enfrentamiento entre hindúes y musulmanes, la supervivencia de antiguos rituales, la industria de Bollywood, la permanencia del sistema de castas o los cambios que se han ido produciendo en el seno de la institución familiar durante los últimos decenios. Quien se acerque a esta obra literaria india podrá encontrar una mirada a veces sarcástica, otras condescendiente, casi siempre lúcida. Y podrá encontrar, también, el estilo poderoso de Naipaul.
  • Ciudad total. Bombay perdida y encontrada, de Suketu Mehta. Esta obra de tintes periodísticos da cuenta de cómo el tiempo vuela y se torna asfixiante por su propia velocidad en una ciudad inmensa y superpoblada como es Bombay (Mumbai). Mehta refleja cómo, en una situación vital así, las vidas quedan convertidas en algo así como en la obligación de abrirse paso a codazos.
  • India. Una biografía íntima de 1.200 millones de personas, de Patrick French. Un libro cuya principal y magnífica virtud es hacer comprender, de una manera sencilla, todo lo que ha sucedido a nivel político, económico, social, religioso, cultural o militar en la India desde que alcanzara la independencia en 1947 hasta ahora.
  • La India por dentro. Una guía cultural para el viajero, de Álvaro Enterría. Este libro intenta contestar a todas las preguntas que, habitualmente, se hace todo aquel viajero que visita la India. En esta obra se habla de castas, de Yopga, de religión, de historia, de mitología, de comidas, de festivales…
  • Espectros del capitalismo, de Arundathi Roy. Esta autora india, conocida mundialmente por su novela El dios de las pequeñas cosas, es, aparte de una célebre novelista, una destacada activista social y política. En este ensayo lo demuestra con creces cargando con algunas de las lacras del sistema económico hegemónico en todo el mundo.
  • Esperamos que estas cinco obras que hemos seleccionado para ti aprovechando la reciente celebración del Festival Internacional del Libro de Guadalajara y, en especial, el hecho de que la literatura india haya ocupado en él, como muestra de la cultura invitada, un lugar destacado, te sirvan para conocer mejor ese país inacabable e inabarcable que está ahí, superviviente de una historia que recorre miles de años, esperando tu visita.