Si buscas abrir pecho y caderas y, al mismo tiempo, aumentar la flexibilidad de la parte posterior de las piernas, la postura de la luna creciente o Anjaneyasana es tu postura. Como otras asanas de Yoga, la postura de la luna creciente es una postura que exige mucha concentración. Si ésta, es fácil perder el equilibrio.

Cuando realizamos la postura de la luna creciente, el peso de nuestro cuerpo se concentra en tres puntos: la rodilla, los dedos de los pies de la pierna trasera y el pie de la pierna delantera. Para mantener el equilibrio mientras ejecutamos la Anjaneyasana debemos repartir bien el peso entre esos tres puntos.

La postura de la luna creciente resulta muy beneficiosa para el sistema digestivo y, al mismo tiempo, sirve para fortalecer piernas y tobillos. Esta asana de Yoga sirve, también, para trabajar la musculatura de la espalda y para fortalecer especialmente los erectores espinales y la musculatura de la zona lumbar. Así mismo, la postura de la luna creciente ayuda a trabajar la musculatura interna del abdomen, lo que nos permite mejorar nuestra actitud postural.

Pasos para realizar la postura de la luna creciente

Si deseas realizar la postura de la luna creciente debes seguir los siguientes pasos:

  1. Inicia la asana de pie, alineando pies y caderas y manteniendo la espalda recta. Mientras estás así, mantén las manos a los lados del cuerpo, con sus palmas apuntando hacia el frente o hacia los lados de tu cuerpo.
  2. Inclínate hacia delante, manteniendo recta la espalda, hasta que coloques las manos en el suelo. Da un paso hacia atrás con cada uno de tus pies. Tu cuerpo habrá adoptado así una postura de “V” invertida. Al adoptar esta postura (llamada posturas del perro boca abajo), asegúrate de que las palmas de tus manos están apoyadas en el suelo. Lo ideal sería que también se apoyaran, completamente, las plantas de los pies; pero eso exige una flexibilidad que quizás no se posea cuando una persona se está iniciando en la práctica del Yoga. Si no puedes apoyar la planta del pie en el suelo en este paso de la postura de la luna creciente no te preocupes: ya lo conseguirás a base de práctica.
  3. Mientras mantienes la postura del perro boca abajo, inhala profundamente y llena tus pulmones de aire, sin apresurarte y con calma.
  4. Da un paso hacia delante con tu pie derecho y colócalo entre tus manos mientras exhalas y mantienes fuerte y firme tu pie izquierdo.
  5. Mientras inhalas, eleva el torso poco a poco. Mientras lo haces, eleva los brazos por encima de tu cabeza con las palmas apuntando la una hacia la otra. Cuando acabes de inhalar tu cuerpo debe estar, ya, completamente erguido y tus brazos deben estar elevados y con las palmas de sus manos encaradas la una hacia la otra. Una vez hayas adoptado esta postura, mira hacia los pulgares de tus manos.

Una vez te hayas colocado así puede decirse que habrás adoptado la postura de la luna creciente. Al ejecutarla, no arquees en exceso la parte lumbar de la espalda. Lo importante, al ejecutar esta postura, es llevar, lo máximo que se pueda, el coxis hacia la esterilla o el suelo. Hacer que los omoplatos se lleven hacia la espalda y estirar lo máximo hacia atrás el pie izquierdo debe servir, también, para potenciar los efectos beneficiosos de esta asana. Al mismo tiempo, la espinilla de la pierna frontal debe estar colocada en vertical y la rodilla de dicha pierna nunca debe moverse más allá del punto que, en una imaginaria línea vertical, marca el tobillo.

Para abandonar la postura de la luna creciente, exhala lentamente bajado el torso hacia el muslo derecho o, lo que es lo mismo, hacia el torso de la pierna adelantada. Al mismo tiempo, baja las manos hasta el suelo y apóyate en él con las palmas de las manos.

Una vez hayas apoyado las palmas de las manos en el suelo, da un paso hacia atrás el pie derecho y, así, regresa a la postura del perro boca abajo. Cuando hayas adoptado esta asana de Yoga, respira profundamente unas 2 ó 3 veces antes de volver a realizar la postura de la luna creciente cambiando de pie.

Esta postura de Yoga, tan beneficiosa como hemos visto, está contraindicada para personas que padezcan problemas cardíacos o hipertensión arterial.