Una de las regiones más lluviosas de la tierra se encuentra en la India. La región de la que hablamos, azotada anualmente y de manera brutal por las lluvias monzónicas, es el estado de Meghalaya. Situado en el este del país, es en ese estado en el que se encuentra Cherrapunji, una pequeña localidad que se ha hecho mundialmente famosa por poseer desde hace siglos lo que se conoce como puentes vivientes.
Las colinas de la ciudad de Cherrapunji están surcadas por múltiples ríos y arroyos. Es en esas colinas, separadas por arroyos, donde crece el Ficus elastica. Este árbol es un árbol de la familia de los árboles del caucho y sus raíces secundarias nacen en la parte alta de su tronco para posarse sobre las rocas de la otra orilla formando esa especie de puentes construidos a base de raíces a los que llamamos puentes vivientes.
Los puentes vivientes de Cherrapunji no son en exclusiva fruto de la naturaleza. La mano del hombre ha tenido mucho que ver con su existencia. Los viejos habitantes de Cherrapunji descubrieron que los puentes vivientes podían ser un excelente sistema para pasar de un lado a otro de los arroyos y por eso decidieron “forzar” a los árboles o moldearlos para que llegaran con sus raíces a la otra orilla.
Los primeros puentes vivientes que se crearon en Cherrapunji a partir de las raíces del Ficus elástica se crearon hace ya unos quinientos años. Desde entonces, los habitantes de Cherrapunji se encargan de traspasar a la siguiente generación los conocimientos heredados de la precedente en cuanto a la construcción de los puentes vivientes.
Una de las técnicas utilizadas por los habitantes de Cherrapunji para realizar los puentes vivientes es la de utilizar los troncos de nuez de betel como sistema de guía para las raíces. Gracias a ese sistema, se pueden llevar raíces del Ficus elastica de hasta cien pies de largo de una orilla a otro de los arroyos. Una vez que la raíz haya llegado a la otra orilla, hay que dejar pasar un plazo de entre 10 y 15 años para que las raíces adquieran la fuerza y la funcionalidad necesarias como para soportar el peso de las personas al pasar sobre ellas. Una vez pasado ese plazo, el puente no hace sino ganar fortaleza y solidez con el paso de los años. Hay puentes vivientes de Cherrapunji que, en la actualidad, soportan el peso de hasta 50 personas.
De entre todos los puentes vivientes existentes en la actualidad hay uno especialmente llamativo. Conocido como Umshiang, este puente viviente es un puente de raíces de dos pisos. Actualmente, algunos de los puentes vivientes de raíces de Cherrapunji poseen barandillas de protección para garantizar la seguridad de aquellos turistas que los visiten.
En las tierras de Cherrapunji pueden visitarse también las cataratas que, imponentes, salpican el frondoso paisaje de la región.