A la isla de Majuli se la ha conocido siempre como a la isla fluvial más grande del mundo. Aunque cada vez lo es menos. Ubicada en mitad del cauce del río Brahmaputra, la isla de Majuli va perdiendo tamaño debido a la erosión a la que el Brahmaputra la somete. Se dice que el Brahmaputra, aliado con temporales y lluvias, ha devorado las viviendas de más de 10.000 familias de la isla.
El Brahmaputra nace en el Himalaya y desde ahí hasta su desembocadura en el Golfo de Bengala recorre casi 2.900 km. Durante todo ese largo recorrido, el Brahmaputra no deja de recoger sedimentos. Esos sedimentos son, en parte, los que se van comiendo la isla de Majuli. Los habitantes de la isla, mientras tanto, luchan con los medios a su alcance contra esa erosión y contra el efecto letal que el Brahmaputra tiene sobre la misma. Estructuras de cemento y bolsas de arena intentan luchar, infructuosamente, contra la fuerza desatada del Brahmaputra.
La isla de Majuli fue el resultado de los cambios de rumbos que se fueron produciendo tanto en el río Brahmaputra como en sus afluentes. La altura máxima de la isla es de 84,5 metros y en ella la principal actividad económica es la agricultura ecológica. Todos los productos que se cultivan en la isla de Majuli se cultivan sin emplear en ello pesticidas ni fertilizantes artificiales. De entre todos los productos cultivados en la isla de Majuli, el producto estrella es el arroz. Dentro de la isla se cultivan más de cien variedades de este cereal.
En la lucha contra la erosión y en la salvaguarda de la isla de Majuli destacó no hace mucho el nombre de Jadav Payeng. Payeng, habitante de la isla, empezó en 1970 a plantar un árbol cada día para, de ese modo, combatir el desgaste forestal que se produce con las múltiples inundaciones que ha tenido y tiene que padecer la isla. Jadav Payeng explicó su historia en un documental de National Geographic. Tenía 17 años cuando plantó su primer árbol. Ahora, casi cincuenta años después, Jadav Payeng ha llegado a crear un bosque casi dos veces más grande que el Central Park neoyorquino y que ha servido para volver a la isla más sólida frente a los monzones. En él han encontrado refugio múltiples aves, rinocerontes, elefantes y, se dice, algún tigre. Su hazaña, además, sirvió de inspiración para Forest Man (El Hombre Bosque), un documental basado en la vida de Payeng y que ganó el premio a mejor documental en el Festival de Cine de Cannes.
Visitar esta reserva natural (denominada Molai, que es el apodo de Payeng), es una de las actividades que puede realizar el viajero que acuda a la India y visite la isla de Majuli.
A la isla de Majuli se llega en ferry. El ferry parte la ciudad de Jorhat, en el estado de Assam. En este ferry llegan a transportarse elefantes. Una vez en la isla, el visitante puede recorrerla en bicicleta. En ella encontrará humedales, palmeras, árboles de bambú y algunas aldeas y pueblos. Los dos más importantes de la isla son Kamalabari y Garamur.
Quien tenga la suerte de vivir la experiencia de recorrer esta isla fluvial podrá disfrutar también de la contemplación de los satras. Los satras son centros de culto al dios Visnú. En los satras, que son también centros de arte, se practica el neo-vaishnavismo, una variación del hinduismo. El neo-vaishanavismo posee su propia concepción del baile y su propia manera de concebir el teatro. Las representaciones teatrales en honor de Visnú se representan, precisamente, en los satras.
En los satras se pueden encontrar también antigüedades como armas, joyas, utensilios y otros objetos de carácter cultural. De los 65 satras que hace unas décadas llegaron a contabilizarse en la isla de Majuli, en la actualidad apenas queda una veintena. En ellos se recluta a los bhakats o monjes cuando apenas tienen seis años de edad. Una vez reclutados, los bhakats permanecen en los satras durante toda la vida. Ahí aprenden las técnicas de la contorsión y otros saberes de carácter religioso. Algunos de los bhakats son célibes; otros, por el contrario, no.
Uno de los acontecimientos culturales más importantes de la isla de Majuli es el festival RAAS. Este festival, en el que se representa la vida de Krishna, dura tres días y en él participa prácticamente toda la población de la isla.
Los amantes del avistamiento de aves o bird-watching pueden encontrar en la isla de Majuli más de 250 razones para gozar. No en vano, ésa es la cantidad de aves que han encontrado en la isla un hábitat ideal para vivir. Entre dichas especies, quizás los más curiosos y valorados son el sisón de penacho bengalí y los picoloros.