Si tuviéramos que escoger dos palabras que sirvieran para calificar el estilo de Yoga del que vamos a hablar en este artículo escogeríamos dos: fluidez y dinamismo. En el Ashtanga Vinyasa Yoga, los diferentes posturas o asanas se enlazan la una a la otra mediante movimientos o vinyasas que se realizan sin que se pierda en momento alguno la sincronización de la respiración.
Toda práctica de Ashtanga Vinyasa Yoga incluye tres series de posturas. La primera serie, o Yoga Chikitsa, sirve para desintoxicar y alinear el cuerpo para que éste pueda obtener el máximo beneficio de la práctica. La segunda serie o Nadi Shodana incluye una serie de asanas que sirven para purificar el sistema nervioso y abrir los canales de energía. La Sthira Bhaga o tercera serie de asanas del Ashtanga Vinyasa Yoga integra fuerza y gracilidad y exige por parte de la persona que las está ejecutando un mayor nivel de flexibilidad que las asanas que conforman las dos primeras series de posturas.
Beneficios del Ashtanga Vinyasa Yoga
Entre los beneficios del Ashtanga Vinyasa Yoga podemos destacar los siguientes:
- Aumenta la flexibilidad y la fuerza natural.
- Desintoxica el organismo.
- Estimula la funcionalidad de los órganos internos.
- Ayuda a quemar grasa.
- Mejora la función glandular.
- Estimula el sistema hormonal.
- Alivia el estrés y la ansiedad.
- Mejora la capacidad de concentración.
Características del Ashtanga Vinyasa Yoga
El Ashtanga Vinyasa Yoga tiene una serie de características particulares que ayudan a definirlo y a diferenciarlo de otros estilos de Yoga. Entre dichas características podemos destacar la siguientes:
- Existen movimientos de transición entre unas asanas y otras.
- La inspiración y la exhalación determinan el tiempo de realización de cada movimiento de la asana. La respiración, pues, debe estar sincronizada con los movimientos para que podamos hablar de Ashtanga Vinyasa Yoga.
- Ujjayi. El Ashtanga Vinyasa Yoga incluye un tipo de respiración, la ujjayi, que se realiza cerrando parcialmente la glotis y que se realiza con la parte intercostal y torácica.
- El Ashtanga Vinyasa Yoga incluye también la práctica de bandhas. Como vimos en el artículo dedicado a ellos, los bandhas son contracciones de determinadas partes del cuerpo que se realizan para redirigir la energía o prana a aquellas partes del cuerpo hacia los que la queremos dirigir. La práctica de los bandhas durante las sesiones de Ashtanga Vinyasa Yoga sirve también para dar más fuerza a los músculos y para proteger las diferentes articulaciones.
- Importancia de la mirada o drishti. Con ella, establecemos diversos puntos de observación a los que hay que prestar atención durante la realización de cada asana. La finalidad última de cada drishti es conducir nuestra mirada hacia nuestro interior para, apoyándonos en ella, mejorarlo.
Práctica Mysore
La forma tradicional de practicar el Ashtanga Vinyasa Yoga recibe el nombre de práctica Mysore y es un tipo de práctica muy habitual en todos los centros y academias de Yoga. Este tipo de práctica, que toma su nombre de la célebre ciudad de los palacios ubicada en el estado de Karnataka, ciudad en la que el maestro yogui Pattabhi Jois inició y enseñó este método de Yoga, tiene las siguientes características:
- En una práctica en grupo, cada uno de los participantes debe ejecutar las asanas y los movimientos de transición entre ellas siguiendo su propio ritmo y atendiendo a diversos factores como pueden ser la edad, el estado de salud, etc.
- Los profesores de Ashtanga Vinyasa Yoga, así, permanecen en el espacio en que se realiza la práctica y realizan una atención personalizada de cada practicante, dando instrucciones concretas a cada uno de ellos.
- Las clases de Ashtanga Vinyasa Yoga no acostumbran a durar lo mismo para todos los participantes en ellas. Será el nivel de cada participante lo que determine el nivel de “su clase”.
El enfoque más ortodoxo de la práctica Mysore del Ashtanga Vinyasa Yoga obliga a no pasar de una postura de la serie hasta que todas las anteriores no se han dominado. Otros enfoques más flexibles, sin embargo, permiten el paso de una asana a otra aunque la primera no se haya dominado en su totalidad. Los defensores de este segundo enfoque argumentan que, de no ser así, se frenaría la evolución física y espiritual de quien hubiera decidido practicar Ashtanga Vinyasa Yoga.