El lugar sagrado por excelencia de la religión sij es el templo de Harmandir Sahib (Casa de Dios). Ubicado en la ciudad de Amritsar, en el norte del país y cerca de la frontera con Pakistán, Harmandir Sahib es conocido también como Darbar Sahib o como Templo Dorado.

La religión sij nació a caballo de los siglos XVI y XII a raíz de un conflicto entre las doctrinas del hinduismo y las del islam. La fundación del sijismo se le atribuye al Gurú Nanak. Él fue el fundador de esta religión monoteísta (el sij cree en un dios panteísta) que tiene recogidos sus principios fundamentales en el Gurú-grant-sahib, el que es considerado el libro sagrado de los sijs y que recoge las enseñanzas de los diez gurús del sijismo.

En la actualidad, el sijismo cuenta con alrededor de 23 millones de fieles. Del mismo modo que los seguidores del islam deben realizar una peregrinación a La Meca una vez en la vida, un creyente sij debe, al menos también una vez en la vida, visitar el templo de Harmandir Sahib. Hay muchos fieles que aprovechan su matrimonio o el hecho de tener un hijo para realizar dicha peregrinación.

El origen del templo de Harmandir Sahib hay que buscarlo en 1577. Fue en esa fecha cuando el Gurú Ram Das, cuarto de los diez Gurúes cuyas enseñanzas están recogidas en el Gurú-grant-sajib, cavó un foso en el lugar en el que hoy se encuentra emplazado el templo. A este foso, que posee el tamaño de un lago, se le llama Amritsar. Ése, como hemos visto, es el nombre de la ciudad en que se encuentra el lago y su significado es “piscina de néctar”.

Fue once años después, en 1588, cuando el Gurú Arjan Dev (quinto gurú y primer mártir de la religión sij) inició la construcción del templo de Harmandir Sahib. En 1604, Harmandir Sahib estaba terminado. Con él se pretendía realizar una representación simbólica del pensamiento sij. Con sus cuatro entradas, una colocada a cada lado del tempo, de planta cuadrangular, el arquitecto quería simbolizar la apertura de los sijs a todas las religiones del mundo.

Esa apertura del sijismo al resto de religiones del mundo se simbolizar también en un hecho fundamental y que debe ser tenido en cuenta por todo turista que visite la India: cualquier persona, sea de la religión que sea, puede visitar el templo de Harmandir Sahib. Eso sí: hay que respetar una serie de normas de conducta muy elementales. Habrá que vestirse de manera modesta, entrar descalzo, cubrirse la cabeza (en el caso de las mujeres) y sentarse en el suelo en respeto al Gurú-grant-sahib o escritura sagrada de los sijs, que está colocada en el altar del templo.

En el interior del templo de Harmandir Sahib podemos encontrar diferentes santuarios y un sinfín de inscripciones conmemorativas en las que se recogen los nombres de los soldados sijs que fallecieron combatiendo durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial

Historia de Harmandir Sahib

La historia del templo de Harmandir Sahib no ha sido fácil. Por ejemplo: avanzado el siglo XVIII fue atacado, saqueado y desolado por las tropas de Jahan Khan, general del ejército del emperador Ahmad Shah Durrani, fundador del Imperio Durrani. En 1764 fue reconstruido y cincuenta años después, cuando los sijs habían impuesto su dominio en toda la región del Punjab, sus pisos superiores fueron recubiertos con 100 quilos de oro. Fue a partir de ese momento cuando el templo de Harmandir Sahib empezó a recibir el sobrenombre de Templo Dorado.

Otro de los momentos históricos claves de la historia del templo de Harmandir Sahib tuvo lugar en 1984. Fue a inicios de junio de ese año, entre los días 3 y 6, cuando la Primer Ministra india Indira Gandhi ordenó a las tropas indias actuar contra los hombres sijs que se hallaban en el interior del templo. Con esa acción Indira Gandhi pretendía poner coto al movimiento independentista sij. La operación ordenada por la Primer Ministra de la India recibió el nombre de Bluestar y costó la vida a 83 soldados y 492 civiles (según datos oficiales). Una vez iniciada la misma, el ejército indio impidió que los visitantes religiosos pudieran abandonar el templo.

La operación Bluestar fue considerada por muchos sijs como una profanación. La venganza tuvo lugar varios meses después. El 31 de octubre de ese mismo año Indira Gandhi fue asesinada por dos de sus guardaespaldas. Ambos eran sijs.

Al año siguiente, en 1985, y llegado al cargo de Primer Ministro el hijo de Indira Gandhi, Rajiv Gandhi, se iniciaron, a iniciativa de éste, las reparaciones en el templo de Harmandir Sahib. Dichas reparaciones, que no habían sido pactadas con los sijs, fueron rechazadas por éstos. Por eso, un año después y una vez finalizadas las reparaciones, los sijs las eliminaron. Serían éstos, y con fondos y mano de obra sij, quienes realizaran finalmente las reparaciones que aún perviven. En 1999 el nuevo templo de Harmandir Sahib podía darse por terminado.

El templo de Harmandir Sahib es cuidado a diario por voluntarios. Los fondos para dicho mantenimiento provienen de donaciones realizadas por fieles sijs de todo el mundo.