Uno de los conceptos básicos del Kundalini Yoga es el de kriya, una palabra sin la que no se podría entender esta modalidad de Yoga y que significa “acción”. Al igual que una semilla conduce a una floración, una kriya conduce a una manifestación nueva y completa de nuestro ser.
La kriya, en esencia, es una combinación de posturas o asanas que, combinadas con una forma determinada de respirar y con el uso de un sonido determinado (un mantra), persiguen un resultado específico que, en mayor o menor medida, acaba afectando al mismo tiempo al cuerpo, a la mente y al espíritu.
Una kriya puede servirnos para apoyar y regular el funcionamiento correcto de todos nuestros órganos; otra, para mejorar el sistema digestivo o equilibrar el sistema glandular. Hay kriyas para aumentar la flexibilidad de nuestra columna vertebral y kriyas para estimular y mejorar nuestra circulación sanguínea. Cada kriya, pues, tiene su utilidad, pero todas y cada una de ellas actúan sobre todos los niveles de nuestro ser.
Los maestros del Kundalini Yoga recomiendan la práctica de las kriyas para, merced a dicha práctica, prepararse para una vida sana y feliz. La combinación de los ángulos y los triángulos propios de las asanas de Yoga con la ejecución de una buena respiración que nos aporte el prana o energía necesaria para vivir, así como el uso adecuado de los mantras repetidos y de los bhandas, de los que ya hemos hablado en algún artículo de nuestra web, ejercen una marcada influencia sobre nuestro físico.
Tras realizar correctamente nuestras kriyas, somos otros físicamente hablando, y ese cambio físico nos ayuda a avanzar por los caminos de la meditación. ¿Por qué? Porque abre nuestras articulaciones y nos permite sentarnos más fácilmente y permanecer en esa postura favorable a la meditación durante más tiempo. Porque nos estimula glandularmente, mejora nuestra circulación sanguínea y eso, a la corta o a la larga, sirve para oxigenar mejor nuestras células y para cargarlas de energía. Y porque nos sirve para enfocar mejor nuestra mirada sobre nosotros mismos y para incrementar la concentración.
Pasos para realizar una kriya
Antes de realizar una kriya debemos seguir los siguientes pasos:
- Consumir sólo un té suave y agua durante las dos o tres horas antes de la práctica.
- Apagar, por supuesto, el teléfono móvil y cualquier aparato que pudiera distraernos durante la práctica de la kriya.
- Tener a mano un envase cerrado con agua.
- Usar ropa suelta, cómoda y de fibra natural.
- Usar un cojín o almohada para sentarse sobre ella durante la meditación y las asanas sentadas si se padece alguna contractura en la parte posterior.
Durante la práctica de la kriya deberemos:
- Prestar atención a los mensajes que nos vaya enviando nuestro cuerpo.
- Intentar ir un poco más allá de lo que creemos que son nuestros límites.
- Mantener el orden de los ejercicios y el porcentaje de tiempo destinado a cada uno de ellos. Si se reduce el tiempo de un ejercicio, se debe reducir el tiempo de todos. Todos los ejercicios que forman parte de la kriya existen por sí y por su relación con los demás.
- Pedir aclaraciones (cuando la kriya se practica en una clase de Yoga) cuando se tiene alguna duda sobre cómo realizarse algún ejercicio.
- Beber agua siempre que se sienta necesidad de hacerlo y entre los ejercicios.
Un consejo que deben tener presente las mujeres que estén menstruando cuando realicen las kriyas es el de reducir las posturas más vigorosas y, en especial, aquellas que requieran una inversión corporal.
Tras finalizar la práctica de la kriya deberemos beber mucha agua y, también, deberemos intentar incorporar a nuestra vida aspectos relativamente simples de la práctica del Yoga Kundalini como pueden ser la respiración larga y profunda y la adopción regular de una postura corporal equilibrada.
En un próximo artículo de esta sección de India Mágica os recomendaremos una kriya para la elevación. Esa kriya está especialmente indicada para armonizar nuestra energía física y mental y, gracias a ello, conseguir el equilibrio entre mente y cuerpo.