En sánscrito, “janu” significa “rodilla” y “sirsa” significa “cabeza”. Atendiendo a eso, podemos intuir que, visualmente, la Janu Sirsasana es una asana de Yoga en la que la cabeza se lleva hasta la rodilla. Siendo así, en la ejecución de la Janu Sirsana o postura del sauce se trabajará especialmente la flexibilidad de la espalda, así como la de las piernas y cadera.
Entre los múltiples beneficios tradicionalmente asociados a la postura del sauce podemos destacar los siguientes:
La postura del sauce es una asana muy adecuada para realizar durante el embarazo, aunque sólo hasta el segundo trimestre y siempre sin doblarse completamente hacia adelante, sino manteniendo en posición cóncava la espina dorsal y alargando el torso.
La postura del sauce, sin embargo, no debe realizarse si se padece asma, diarrea o alguna lesión en la espalda. En caso de poseer alguna lesión en la espalda, no se deberá realizar esta postura de Yoga excepto cuando se pueda disfrutar de la supervisión de algún maestro de Yoga especializado. La postura del sauce puede resultar también perjudicial para quien padezca algún tipo de lesión en los muslos o los gemelos. Alguien que haya padecido una rotura fibrilar debe guardar el conveniente reposo antes de intentar realizar esta asana pues la misma podría hacer que se reprodujera la lesión si ésta no está lo suficientemente curada.
Pasos para realizar la postura del sauce
Para realizar la postura del sauce o Janu Sirsasana debe partirse de la postura de Dandasana o postura del bastón, es decir, se debe estar sentados con el suelo, con las piernas estiradas hacia delante, presionando con las rodillas hacia abajo y apuntando con los dedos de los pies hacia arriba mientras, con las palmas de las manos, que están colocadas junto a las caderas, presionamos contra el suelo. Sentados así, con la columna estirada, la cabeza centrada y mirando hacia delante, podremos iniciar los movimientos necesarios para realizar la Janu Sirsasana.
El primer movimiento a realizar, una vez colocados en la postura de Dandasana, será doblar la pierna derecha y colocar el pie derecho delante del perineo. Una vez colocado el pie ahí, deberemos presionar con la planta del pie contra el muslo izquierdo. Hecho esto, inspiraremos y levantaremos los brazos, rectos, por encima de la cabeza, y juntaremos las manos.
Cuando espiremos, nos inclinaremos hacia delante desde las caderas y bajaremos las manos para, con ellas, sujetar los dedos o el tobillo de la pierna izquierda, dependiendo de nuestra flexibilidad. Al hacerlo, procuraremos bajar la cabeza. Espiremos varias veces y, con cada espiración, intentemos aumentar un poco más la flexión.
Tras aguantar entre 20 y 30 segundo la posición, respiraremos con normalidad, inspiraremos e iremos elevando poco a poco el tronco para volver, de nuevo, a la posición de Dandasana. Una vez hayamos vuelto a dicha posición, volveremos a repetir todos los movimientos de la postura del sauce pero esta vez con la otra pierna.
La postura del sauce puede resultar un poco difícil de ejecutar para aquellas personas que se estén iniciando en la práctica del Yoga, pero, al igual que sucede con otras posturas de Yoga de mediana dificultad, esta asana puede ser muy interesante, más allá de sus beneficios físicos, por diversos motivos, algunos de los cuales tienen que ver con la motivación siempre necesaria para realizar cualquier tipo de actividad que requiera un cierto grado de esfuerzo físico.
La postura del sauce permitirá a la persona que hace Yoga comprobar (y eso le servirá de estímulo) el progreso personal en la realización de este tipo de actividades. Cuando una persona que no la había podido realizar anteriormente ejecuta por fin esta asana se ve inundada por un sentimiento de alegría que le empuja a buscar nuevos retos como practicante de Yoga, lo que redunda, a medio y largo plazo, en la consecución de nuevos y beneficiosos objetivos.
Para realizar con mayor facilidad la postura del sauce es muy recomendable contar con la ayuda de una pareja que, empujando con suavidad sobre la espalda, puede ayudar a alcanzar los pies. Colocar un cojín y sentarse encima de él también podría ser de gran utilidad para doblar la cadera y realizar la flexión hacia delante.