El Yoga ha ganado adeptos en los últimos años. Cada vez son más las personas que lo practican y disfrutan de sus beneficios. Los adultos con hijos, conscientes de la utilidad de esta práctica milenaria traída de la India, han encontrado en el Yoga para niños una excelente manera de ayudar al desarrollo físico y psíquico de sus pequeños.
En este artículo vamos a hablarte de los múltiples beneficios que esta disciplina tiene para los niños, de las diferentes técnicas que pueden aplicarse en su práctica y de cuáles son las posturas más recomendables para que los peques de la casa se inicien en ella.
Beneficios del Yoga para niños
Los niños, al igual que los adultos, padecen estrés y ansiedad. El día a día les genera situaciones que exigen desconectar de vez en cuando. Una pausa entre tanto examen, tantos deberes y tanta extraescolar es necesaria para recargar energía. Una buena forma de conseguirlo es practicando Yoga, una disciplina llena de beneficios para la mente y el cuerpo.
Son muchos los menores que padecen falta de concentración y estrés. Gracias a la práctica de esta disciplina, conseguirán relajarse y también ejercitarán su respiración. Gracias a ella, además, los menores podrán beneficiarse de múltiples beneficios. Entre ellos vamos a distinguir los siguientes:
- Flexibilidad en las articulaciones
- Mejora de la postura de la columna vertebral
- Estimulación de la circunlación sanguínea
- Desarrollo de los músculos motores
- Estiramiento
- Masaje de los órganos internos
- Perfeccionamiento de los sentidos
- Incremento de la agilidad
- Desarrollo de la atención, concentración, memoria e imaginación
La obtención de todos estos beneficios tiene una consecuencia clara sobre el niño. El pequeño que practica Yoga consigue mejorar su autoestima y armonizar su personalidad y su carácter. Todo ello, finalmente, le ayuda a interactuar con los demás.
Yoga en casa para niños
Una buena manera de iniciar a los peques en esta disciplina es apuntarlos a clases de Yoga para niños. Son muchos los centros que programan clases y cursos de Yoga infantil. En ellos se organizan clases divertidas y lúdicas en las que se emplean juegos, canciones e historias para motivar al menor y hacer más ameno el aprendizaje de la disciplina.
Para aquellas personas que prefieran optar por la práctica de esta disciplina en casa vamos a dar una serie de consejos.
El primero de ellos es que los niños se sientan cómodos y relajados. Para ello es importante que se vistan con ropas ligeras, holgadas y confortables. Con ellas podrán hacer cualquier tipo de movimiento con comodidad.
El segundo consejo tiene que ver con el espacio en el que van a realizarse las sesiones. La habitación o salón en que se vaya a realizar la clase en casa debe ser un lugar tranquilo, limpio, silencioso y ventilado. En él deberían haber esterillas para Yoga para hacer la práctica más cómoda. Los niños, además, pueden estar descalzos o con calcetines.
¿Qué hora es la preferible para practicar en casa? O por la mañana (cosa que casi nunca es posible a no ser que se madrugue para hacerlo) o por la tarde, cuando los peques han vuelto ya del colegio y de las extraescolares y los padres han acabado de trabajar. Algo que se recomienda a los padres en estas situaciones es desconectar el móvil y mantenerlo alejado del lugar en el que se va a realizar la práctica.
Como para cualquier práctica deportiva, se recomienda la ingestión de alimentos sólidos dos horas antes del partido. Si la práctica fuera por la tarde y los niños tuvieran que merendar, lo mejor es que coman alguna pieza de fruta o algo ligero y suave.
Los padres que organizan sesiones en casa se preguntan: ¿cuántas sesiones a la semana deben programarse? Los expertos dicen que dos sesiones semanales es una buena programación para que los pequeños se vayan acostumbrando a esta disciplina.
Finalmente, hay que señalar que un elemento fundamental en estas prácticas caseras con los peques de la casa es que haya motivación y, sobre todo, paciencia. Las posturas o asanas no se aprenden a la primera. De cuáles son las mejores para practicar con niños vamos a hablaros a continuación.
Posturas de Yoga para niños
Como hemos dicho anteriormente, la motivación es muy importante para los menores que se acercan a esta disciplina. Exigir la realización de la misma postura o asana resulta aburrido para ellos y desmotivador. Por eso hay que irlas variando a un ritmo adecuado para motivarlos y, al mismo tiempo, evitar que pierdan la concentración.
Una buena manera de saber cómo se realizan las posturas es asomarse a internet, teclear en el buscador vídeos de Yoga para niños, contemplar qué asanas salen en esos vídeos y, a continuación, imitarlas.
Nosotros vamos a realizar aquí una breve selección de posturas propias del Yoga niños para que, si queréis practicarlo en casa, sepáis cómo realizarlas.
Esas posturas son:
- Asana del indio. Para realizar esta asana hay que sentarse en el suelo, encoger y cruzar las piernas, estirar la espalda, cerrar los ojos y poner las manos juntas, en posición de orar, en el centro del pecho. Esta postura es ideal para iniciarse en la práctica del sexo y para aprender a respirar correctamente. También es una posición muy apropiada para adentrarse en el mundo de la meditación.
- Posición de la marioneta. Ésta figura en todos los listados de asanas para principiantes. Para ejecutarla hay que colocarse de pie y, poco a poco, dejar caer el cuerpo hacia delante. ¿Qué se consigue con ello? Dejar libre el cuerpo. El objetivo final de esta postura es liberar tensiones y relajarse.
- Postura del guerrero. Para realizar esta asana, sigue las instrucciones que damos en nuestro post «Postura del guerrero o Virabhadrasana».
- Postura del gato. Ésta es una de las asanas que más les gusta a los pequeños. Apoyando las manos y las rodillas en el suelo, se deberá curvar la espalda, sacándola y metiéndola como si se fuera un gato que erizara el lomo.
- Asana del perro. Muy sencilla, esta posición se realiza teniendo los pies y las manos pegadas al suelo y elevándose después hasta dibujar un triángulo con el cuerpo.
- Postura del árbol. Colocados de pie, rectos, se juntan las manos en el pecho en actitud de orar y se mira al frente, a un punto fijo. Una vez colocados así, se levanta el pie derecho y se coloca en la parte superior (aproximadamente a la altura de la rodilla) de la parte izquierda. Cuando se haya conseguido el equilibrio, se deben levantar los brazos para, una vez levantados, unir las manos arriba.
- La rueda. Esta asana sirve para dos cosas: estirar el pecho y la parte abdominal y volver la columna vertebral más elástica. Para realizarla hay que tumbarse en el suelo mirando hacia arriba. Una vez hecho esto se deben colocar las manos a ambos lados de la cabeza para, a continuación, elevar cadera y glúteos hasta dibujar lo que podría ser una rueda.
La práctica rutinaria de estas asanas servirá para mejorar el estado físico y psíquico de tus peques. ¿Te animas a practicarlas con ellos?