¿El Yoga es una religión? Muchas personas se hacen esa pregunta y son muchas las que creen que sí. Por ese motivo hace unos años, cuando algunas escuelas estadounidenses incluyeron en las aulas la práctica del Yoga, fueron muchas las familias que se opusieron ante lo que consideraban un claro ejemplo de «adoctrinamiento religioso».
En este artículo de India Mágica vamos a dar respuesta a la pregunta que lo encabeza y vamos a intentar dejar claro por qué esta práctica no tiene nada que ver con el hecho religioso o con cualquier asunto que tenga que ver con la fe.
Para ello, intentaremos definir primeramente qué es religión, veremos qué es el Yoga y miraremos qué relación pueden guardar las religiones en general y la católica en particular con él.
¿Qué es religión?
Para saber si Yoga y religión son términos sinónimos, debemos saber exactamente de qué hablamos cuando hablamos del hecho religioso. Solo así podremos determinar hasta qué punto la práctica yogui es una práctica de carácter religioso o no.
Si recurrimos a diccionarios y enciclopedias, unos y otras definen el concepto de religión como el sistema de creencias, costumbres y símbolos establecidos alrededor de una idea de la divinidad o de lo sagrado.
Las religiones, como doctrinas que son, esetán constituidas por un conjunto de principios, creencias y prácticas sobre cuestiones de carácter existencial, espiritual y moral.
Visto lo que recogen las anteriores definiciones, pues, podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que esta disciplina de origen oriental no se ajusta a las definiciones tradicionales de lo que es o se entiende por religión a pesar de lo que algunas iglesias, entre ellas la católica afirman al respecto.
La Iglesia Católica y el Yoga
Gran parte de la culpa de que muchas personas en nuestra sociedad crean que la disciplina yogui es algo que tiene que ver con los religioso la tiene la Iglesia Católica. De manera explícita, algunas autoridades religiosas católicas afirman que la práctica yogui no es compatible con la fe cristiana.
Para las autoridades religiosas cristianas, esta disciplina de origen oriental es una disciplina espiritual que, más allá de la realización de asanas y ejercicios de carácter físico pregona llevar el alama al samadhi, un estado en el que el hombre y lo divino se unen de forma indiferenciada.
Esa unión de dios, persona y mundo en uno solo es una unión de carácter panteísta que no tiene cabida en el cristianismo. En éste, y a través de la revelación contenida en las Sagradas Escrituras y en la tradición, se descubre al hombre como ser vivo hecho a imagen y semejanza de Dios. Ello no quiere decir que el universo (y el hombre como parte de él) sean divinos.
En una carta dirigida a los obispos que data de 1989, la Congregación para la Doctrina de la Fe señala que los «métodos orientales» están inspirados en el hinduísmo y el budismo. Y señala de forma explícita: «Propuestas u otras análogas de armonización entre meditación cristiana y técnicas orientales deberán ser continuamente cribadas con un cuidadoso discernimiento de contenidos y de método, para evitar la caída en un pernicioso sincretismo».
Finalmente, señalaremos como símbolo del desencuentro entre Yoga y religión católica las palabras de quien es el máximo jerarca de su Iglesia, el Papa Francisco. Según palabras de éste, «ni mil cursos de Yoga te darán la libertad de hijo de Dios».
Yoga y religión
La práctica yogui no transmite una filosofía o una doctrina propia. En su versión más extendida, la del Hatha Yoga, es una disciplina física y psicológica que combina el aprendizaje y la práctica de asanas (posturas), el pranayama (o ejercicio consciente de la respiración) y la meditación.
Debido a sus raíces orientales, relacionadas en cierto modo con la mitología, esta práctica se asocia a menudo con las creencias hinduistas. El hecho de que tanto la práctica yogui como el hinduismo tengan sus raíces en la antigua India hace que muchas personas, de manera errónea, asocien ambos conceptos. Ante dicho pensamiento hay que destacar claramente una cosa: la disciplina yogui, pese a que incluye un importante trabajo mental y espiritual, es una tradición absolutamente independiente de cualquier tipo de sentimiento religioso.
Los procesos, técnicas, prácticas y principios yoguis, analizados tanto a nivel físico como a nivel psicológico, no tienen ninguna relación directa con ninguna creencia religiosa. Que se haya utilizado por algunas personas para mejorar su experiencia religiosa no quiere decir que guarde relación alguna con la creencia en dios alguno y con el seguimiento de los principios de una fe.
Entre los argumentos que demuestran que esta disciplina no es una religión podemos destacar los siguientes:
- No tiene una divinidad a la que adorar.
- No tiene iconografía sagrada.
- No tiene rituales.
- No tiene un credo que deba ser aceptado de forma incondiconal por sus practicantes.
- No tiene clérigos, sacerdotes ni líderes globales.
- No tiene templos ni lugares sagrados.
- No es necesario realizar un ritual de ingreso ni iniciático de ningún tipo.
- No tiene una estructura institucionalizada.
- No requiere fe.
No hay que olvidar, después de todo, que también son muchas las personas ateas o agnósticas que realizan prácticas yoguis de una forma rutinaria y, lógicamente, lo hacen alejándose de todo tipo de fe.
Yamas y Niyamas: la ética del Yoga
Que no sea una práctica de carácter religioso no quiere decir, sin embargo, que la práctica yogui no esté asociada a una determinada ética. Entre sus principios éticos podemos distinguir cinco yamas. Esos yamas son:
- La defensa de la no violencia.
- La defensa y práctica de la verdad, la honestidad y la sinceridad con uno mismo y con el resto de seres humanos.
- El rechazo del robo y el no intentar aparentar lo que no somos.
- La castidad entendida como el no malgastar la propia energía, el utilizarla para fines importantes.
- El rechazo de la avaricia y la defensa del desapego. No hay que anhelar acaparar.
Junto a las yamas señaladas, también hay cinco niyamas que son: la pureza, la alegría, la auto-disciplina, el auto-estudio, y el centrarse en la energía del universo.