Un país tan extenso como India y con una historia milenaria ofrece mil y un encantos a la persona que decide visitarlo. Uno de esos encantos es, sin duda, el de sus ciudades sagradas. India está salpicada de lugares sagrados, pero hay un puñado de ellos que tienen entre sí algo en común: el estar ubicados a un río que es considerado, también, sagrado: el Ganges.
Nacido en el glaciar Gangotri con el nombre de Bhagirathi, en plena cordillera del Himalaya y a más de 4.500 metros sobre el nivel del mar, el Ganges muere en el golfo de Bengala tras haber recorrido más de 2.500 kilómetros. El Ganges es un río capital para la India. No en vano, 400 millones de personas se abastecen de este río que es conocido como el río de la vida y al que se le ha relacionado directamente con la diosa Ganga.
La religión hindú, llena de leyendas, intenta explicar en una de ellas el motivo del carácter sagrado del Ganges. Según dicha leyenda, hubo un rey, de nombre Sagara, que tuvo 60.000 hijos. Un día, el dios Idra robó a este rey tal fértil su caballo favorito y el rey, encolerizado, envió a gran parte de su parentela a que lo encontraran. Tras mucho buscarlo, consiguieron encontrarlo en el inframundo, junto al sabio Kapila. Considerándolo autor del robo, los hijos de Sagara preguntaron a Kapila por qué había robado el caballo. Molesto porque habían interrumpido su meditación, Kapila, que además de sabio era una especie de semidiós, calcinó con su mirada a la mayor parte de la descendencia de Sagara. Las almas de los hijos de Sagara, desde entonces, se vieron condenadas a deambular eternamente por el purgatorio.
Para sacar a sus hermanos de esa situación, uno de los descendientes de Sagara pidió ayuda al dios Brahma. Brahma, atendiendo a la solicitud, envió a la diosa Ganga para que purificara las cenizas de los difuntos. Ganga, considerando que su llegada a la tierra podría resultar peligrosa, pidió consejo y ayuda al dios Shiva, quien dio su consentimiento para que Ganga descendiera a la tierra de una manera suave sirviéndose para ello de las aguas del río Ganges. Una vez llegada a la tierra, la diosa Ganga liberó las almas de los hijos del rey Sagara.
Siendo el Ganges como es un río considerado sagrado ,el visitante que acuda a la India puede entender que ocupe un lugar muy destacado en los ritos hindús. Uno de los más conocidos es el de incinerar los cadáveres a orillas del Maa Ganga (madre Ganges) o Ganga Deví (diosa Ganges), para arrojar a él sus cenizas. Según las creencias hindúes, al arrojar las cenizas de un difunto al Ganges lo que se consigue es que el alma de la persona difunta cese en el ciclo de las reencarnaciones. La tradición hindú también habla de cómo cada inmersión en el agua del Ganges sirve para limpiar un pecado.
El carácter sagrado del Ganges, por otro lado, acaba contagiando a las ciudades que han crecido a sus orillas. Ciudades como Benarés (Varanasi), Sarnath, Haridwar, Rishikesh, Allahabad o Lucknow son consideradas, también, sagradas como el río ante el que se alzan.
Benarés
Si hay una ciudad santa por excelencia para los hindúes, esa ciudad es Benarés. De hecho, el rito les obliga a viajar alguna vez a Benarés para, una vez allí, realizar las abluciones en el Ganges descendiendo a él por las escaleras (ghats) que dan acceso a sus aguas.
Como podemos comprobar releyendo en el artículo que en su día dedicamos a Benarés, en esta ciudad sagrada de la India podemos encontrar importantes lugares religiosos como pueden ser el Templo de Oro, el templo de Durga o el templo de Bharat Mata, que fue fundado por el Mahatma Gandhi.
Quien desee conocer más profundamente lo que ofrece esta ciudad sagrada a orilla del Ganges al visitante que acude a la India sólo tiene que leer nuestro artículo dedicado a la ciudad de Benarés.
Haridwar
Al igual que sucede con Benarés, Haridwar es una de las más apreciadas ciudades sagradas del hinduismo. Según la tradición hindú, esta ciudad a orillas del Ganges es uno de los cuatro lugares en los que, según la leyenda, cayó el amrita o elixir de la inmortalidad.
El Ganges, al pasar por Haridwar y entrar en la llanura, efectúa un recodo en el cual las aguas poseen, al decir de los creyentes, virtudes milagrosas. En esta ciudad, a la que se desplazan millones de peregrinos cada tres años durante la celebración de las fiestas del Kumbha Mela, el viajero puede encontrar la escalinata conocida como Har-ki-Pairi Ghat (es el ghat principal de la ciudad).
Paralelo al cauce del río, el viajero que acude a Haridwar puede encontrar un gran mercado en el que pueden comprarse no sólo alimentos, sino también estampitas de dioses y santos. Uno de los productos más solicitados en este mercado son las botellas y garrafas para llevarse agua del Ganges.
Sarnath
Si Benarés es una ciudad santa para los hindúes, Sarnath lo es para los budistas. La tradición budista asevera que fue en el Parque de las Gacelas de esta ciudad sagrada a orillas del Ganges donde Buda dio su primer sermón.
Un peregrino chino escribió en el siglo XVII que esta ciudad a orillas del Ganges contaba con más de 30 monasterios y 3.000 monjes. Saqueada por los turcos musulmanes, Sarnath fue prácticamente abandonada durante muchas décadas. Entre los monumentos más destacados de Sarnath se halla el Dhamek Ahamekh con sus 15 metros de altura.
Rishikesh
Yoguis y sadhus (monjes o ascetas hindúes que siguen el camino de la penitencia) encuentran en este lugar sagrado a orillas del Ganges y en las estribaciones del Himalaya un lugar ideal para meditar y realizar un retiro espiritual.
Los viajeros no pueden acceder a todos los lugares a los que se retiran los sadhus, pero sí pueden, por ejemplo, acceder al Ashram de Shiwamanda, centro en el que se practica la enseñanza de los Vedas, los cuatro textos más antiguos de la literatura india y base fundamental de una religión, la védica, de iba a ser el germen inicial de lo que hoy es el hinduismo.
Los amantes del rafting pueden también encontrar grandes parajes alrededor de esta ciudad sagrada a orillas del Ganges para practicar su deporte favorito.
Allahabad
Allahabad es otra de los puntos importantes de peregrinación a orillas del Ganges. Son muchos los peregrinos que, llegados de todo el país, acuden a este punto en el que confluyen el Ganges y el Yamuna para, entre el 15 de enero y el 15 de febrero, que es cuando tiene lugar el Magh Mela, bañarse en las aguas del río sagrado.
Lucknow
¿Qué puede encontrar el viajero que acude a la India y visita esta ciudad sagrada a orillas del Ganges? La Puerta de Rumi, sin ir más lejos, un precioso arco de 18 metros de alto esculpido en piedra y que sirve para dar fe de hasta qué punto Lucknow es un lugar sagrado para los musulmanes de la India. El Palacio Constancia y la Imambara Bara (un mausoleo construido en el siglo XVIII) serían, también, algunos de los lugares sagrados a orillas del Ganges que un viajero no debería perderse.