Por fortuna cada vez son más las personas en Occidente que, teniendo consciencia de su importancia y de sus virtudes, se apuntan a clases de Yoga. Pero muchas de esas personas que, erróneamente, equiparan el acudir a una clase de Yoga con el acudir, por ejemplo, a una clase de pilates o a de cualquier modalidad deportiva que se incluya en el ámbito de fitness. Sin desmerecer a esas disciplinas, lo primero que alguien que se apunta a una clase de Yoga debe tener presente es que el Yoga es más, mucho más, que un ejercicio físico. El Yoga es un camino para conocernos mejor a nosotros mismos, una especie de viaje interior y, como todo viaje interior, el Yoga tiene un mucho de espiritual. No puede practicarse, pues, de cualquier manera. Hay una serie de aspectos que deben tenerse en cuenta y que deben respetarse tanto para no molestar al resto de compañeros de la clase como para obtener de la práctica el máximo beneficio. En este artículo queremos realizar un listado básico de cosas que no deben hacerse en una clase de Yoga. Esas cosas son las siguientes:
- No respetar el horario de la clase de Yoga. O sea: llegar tarde. Una clase de Yoga empieza siempre con un tiempo de toma de conciencia. Para que esa toma de conciencia surta efecto, el estudio en el que se realiza la clase de Yoga debe estar en silencio. Y no estará en silencio si los alumnos de la clase de Yoga no paran de entrar en el mismo porque llegan tarde. Así, si no quieres llegar tarde y hacer una de las cosas que no deben hacerse en una clase de Yoga, fija en tu mente que la clase de Yoga comienza diez minutos antes de lo que en verdad comienza y llega al estudio de Yoga esos diez minutos antes. No molestarás a nadie abriendo la puerta, cruzando el estudio o haciendo ruido cuando colocas la esterilla en el suelo, y, además, podrás concentrarte mejor para extraer el máximo rendimiento de esa toma de conciencia previa a la sesión de Yoga.
- Entrar en la clase con zapatos. La de entrar con zapatos en el estudio es otra de las cosas que no deben hacerse en una clase de Yoga. En primer lugar, los zapatos, al golpear el suelo en el movimiento natural de caminar, hacen más ruido que los pies descalzos. En segundo lugar, entrar con zapatos en la clase de Yoga implica, de alguna manera, entrar suciedad en un recinto que, cuanto más limpio esté, más invitará a la meditación y a la concentración, tan importantes en la práctica del Yoga. Dejar los zapatos fuera del estudio evitará, también, que éste se convierta en una mescolanza de olores no necesariamente agradables.
- No apagar el móvil. Antes de entrar a una clase de Yoga lo de apagar el móvil es un imperativo. Así, entre las cosas que no deben hacerse en una clase de Yoga figuran el mirar o contestar whatsapps y, por supuesto, el realizar o contestar llamadas telefónicas. El Yoga es un ejercicio de introspección y exige silencio y atención, y el uso del móvil es enemigo de ambas cosas.
- No ser limpio. Y ser limpio implica serlo no solo con nosotros mismos, sino también con nuestra esterilla.
- Otra cosa que no debe hacerse en una clase de Yoga es usar perfumes demasiado fuertes antes de entrar en ellas. Y es que no solo los estímulos auditivos pueden molestar a la hora de concentrarse en una clase de Yoga. También puede hacerlo los estímulos olfativos. Ir muy perfumados o perfumadas no debe confundirse con la higiene.
- Como en cualquier tipo de clase, otra cosa que no debe hacerse en una clase de Yoga es hablar con los compañeros. Para intimar con los compañeros de una clase de Yoga hay otros ámbitos espaciales. Se puede quedar antes o después de clase, pero el tiempo de duración de la misma debe ser un tiempo de silencio y de atención al profesor de Yoga. En la clase de Yoga solo debe oírse, mínimamente, su voz, y, por supuesto, la voz que deseamos escuchar en nuestro interior y que no escucharemos si los estímulos exteriores mediatizan nuestra atención.
- Corregir o intentar ayudar a los compañeros de clase. Ésta es otra cosa que las personas solemos hacer y que, indudablemente, son de esas cosas que no deben hacerse en una clase de Yoga. Por no hablar, claro, de reírse de un compañero o compañera. Todos esos actos están fuera de lugar. La compasión y el respeto son algunos de los valores que se intentan fomentar con la práctica del Yoga y renunciar a ellos es renunciar a algunos de los grandes beneficios de esta práctica físico-espiritual.
- Invadir el espacio de los compañeros. El espacio de los compañeros debe respetarse. Evitemos por todos los medios, por ejemplo, pisar la esterilla del compañero y evitemos, ante todo, el contacto físico con él. De hecho, el contacto con un compañero o compañera de una clase de Yoga solo debe darse en aquellas circunstancias en las que vaya a ejecutarse alguna asana de Yoga en pareja.
- Del mismo modo que no debe llegarse tarde a una clase de Yoga, quien participe en la misma no debe marchar de ella hasta que ésta acabe. La clase no concluye con la última asana, sino que lo hace tras realizar algún pequeño ritual. Perderse dicho ritual implica no cerrar convenientemente el círculo que, de alguna manera, es toda sesión de Yoga.
Finalmente, hay algo que no debe hacerse nunca en una clase de Yoga y que muchas personas que se apuntan a ella hacen: intentar ligar. Ojo: no queremos decir con esto que no se pueda ligar con una compañera o compañero de Yoga. De hecho, ¿qué mejor que compartir el amor a una disciplina como el Yoga con la persona amada y, gracias a ella, enriquecerse ambos. Lo que queremos decir es que el tiempo de la clase debe ser sagrado. A la entrada o a la salida de la misma, sí, se puede intentar ligar; pero durante la misma se debe de estar absolutamente concentrados en la práctica, ya que solo así obtendremos los beneficios esperados de ella y solo así tendrá sentido el hecho de apuntarse a clases de Yoga.