Son varios los animales que, de una forma u otra, están ligados a la cultura de la India. Entre ellos hay uno que, sin embargo, destaca sobre los demás de una manera especial: el pavo real. El pavo real es el ave nacional de la India desde 1963. Sin ir más lejos, Kartikeya, dios de la guerra, lo utilizó como montura en muchas de las guerras en las que tuvo que batallar. Símbolo de sabiduría y de inmortalidad, está asociado a diosas como Lakshmi, diosa de la benevolencia, y es adorado a todo lo largo y ancho de la India. En determinados ritos budistas, por ejemplo, las plumas de este espectacular animal eran utilizadas para alcanzar la pureza.
Más allá de su valor ornamental, esta ave ha sido empleada a lo largo de los siglos para ahuyentar y para cazar serpientes (de hecho, su nombre en sánscrito es “mayura”, que significa “asesino de serpientes”).
Todos los factores anteriormente indicados han hecho que el pavo real sea considerado un animal verdaderamente importante en la India. Tanto que, más allá de su catalogación como ave nacional, incluso existe una ley, promulgada en 1972, que prohíbe su caza.
Entre todos los lugares en los que el pavo real es adorado en la India hay uno que destaca sobre todos los demás por la espectacularidad del templo que le está dedicado a esta bella ave. Dicho lugar es un complejo arquitectónico ubicado en lo alto de las colinas Mandharagiri, en Pandithanahalli, una aldea del estado de Karnataka que se encuentra emplazada junto a la carretera que une Bangalore con la ciudad de Tumkur. Dicho complejo arquitectónico recibe el nombre de Basadi Betta, aunque es conocido popularmente como el templo del pavo real, pues así se conoce al templo más llamativo de dicho complejo.
El complejo del Basadi Betta, en el que se encuentra el templo del pavo real, es un importante lugar de peregrinación de la India. Los fieles que acuden a él deben subir nada más y nada menos que 435 escalones. Durante toda la ascensión se puede gozar de las maravillosas vistas que desde esos escalones se contemplan.
Al llegar al final de la larga escalinata, el visitante del templo del pavo real encuentra un estanque rodeado de estatuas que resulta ciertamente espectacular. Una de esas estatuas es la de Chandranatha Thirthankara. En la religión jaina se da el nombre de thirthankara a los maestros que conocen el dharma. Chandranatha, que aparece representado completamente desnudo al lado de una columna con motivos florales y un mural con relieves de tigres y vacas, era el octavo de los thirthankara.
El complejo del Basadi Betta está formado por cuatro templos. El mayor de ellos, que tiene más de 80 metros de altura, recrea la forma de un plumero que hubiera sido elaborado con plumas de pavo real.
El tipo de plumero representado con el templo del pavo real recibe el nombre de pinchi y es un tipo de plumero muy especial, algo así como una especie de objeto fetiche que los monjes digambara del jainismo utilizan como objeto sanador y que cumplía una misión fundamental: la de espantar la mala suerte.
Por su parte, la parte más espectacular, llamativa y reconocida del templo del pavo real es su cúpula, completamente grabada con gigantescas y coloridas plumas de pavo real.
Otras obras de arte con el pavo real como motivo principal
Tal y como hemos indicado anteriormente, el pavo real ha sido y es admirado y adorado a lo largo y ancho de toda la India. Eso ha hecho que esté presente en múltiples representaciones artísticas y de que su imagen sirva para decorar tanto puertas como interiores y jardines.
Entre todos esos lugares, la puerta de entrada del City Palace de Jaipur, conocida como Peacock Gate, es todo un canto al pavo real, que se convierte en el motivo central del mosaico que la rodea.
Otro lugar en el que se puede contemplar una obra de arte inspirada en la figura del pavo real es en el City Palace de Udaipur. Ahí se puede contemplar una bella escultura del pavo real, animal que, además, es un elemento habitual en muchos edificios y construcciones del estado de Tamil Nadu.
Finalmente, hay que destacar que el pavo real era, también, el elemento primordial del legendario “Trono del Pavo Real”. Se dice que la elaboración de este trono, mandado construir por el emperador Mughal Badshah Shah Jahan en el siglo XVII para su palacio real en Delhi, fue más costosa que la construcción del mismísimo Taj Mahal. Sea cierto o no lo que se cuenta del “Trono del Pavo Real”, lo cierto es que este trono, al parecer, estaba custodiado por dos figuras de pavo real cuyas colas, que llevaban engarzadas todo tipo de piedras preciosas, se expandían para crear un cabecero para el trono. De este espectacular trono se sabe también que estaba coronado por un dosel sujetado por unas doce columnas.
Esta obra, representativa del arte mongol, ha servido de inspiración para obras similares en Irán.