En los diferentes artículos que venimos dedicando al Yoga ya hemos resaltado cómo no existe una única forma de concebir la práctica del mismo. En su momento ya dedicamos un artículo a las diferentes ramas del Yoga. En aquel artículo mencionábamos algunas de las ramas más conocidas del Yoga. El Hatha Yoga, el Raja Yoga, el Bhakti Yoga y el Tantra Yoga eran algunas de las ramas que citábamos en aquel artículo. Tras aquel artículo hemos prestado atención a métodos específicos de Yoga como el Iyengar Yoga, el Kundalini Yoga o el Brikam Yoga. En esta ocasión vamos a dedicar nuestra atención a una forma muy particular de practicar el Yoga: el Woga o Yoga en el agua.

Cercano al aquagym, al aquafitness o, incluso, al pilates en el agua, el Yoga en el agua es una de las últimas modalidades de Yoga que poco a poco va ganando adeptos entre los amantes del Yoga.

Beneficios del Yoga en el agua

La mayor ventaja que presenta el Yoga en el agua sobre otras modalidades de Yoga es que facilita la práctica del mismo a personas que, por diferentes circunstancias, tienen serios problemas para poder realizar las diferentes asanas. Personas con exceso de sobrepeso, mujeres embarazadas o personas que sufren alguna patología de carácter óseo o relacionada con la columna vertebral encuentran en el Yoga en el agua una excelente manera de beneficiarse de las ventajas que aporta la práctica del Yoga. El Woga es, también, un recurso ideal para todas aquellas personas que, tras sufrir un accidente, necesitan realizar una terapia de recuperación.

Una de las grandes ventajas que el agua proporciona a todos aquellos que quieran realizar Yoga en el agua es que concede una mayor libertad a la hora de coordinar movimientos y de fortalecer y relajar la musculatura. Junto a ésta, otros de los grandes beneficios de Woga son los siguientes:

  • Evita que el dolor se concentre en determinadas articulaciones, músculos o huesos.
  • Ayuda en la mejoría de problemas de artrosis, artritis, problemas de columna y otros tipos de padecimientos óseos.
  • Favorece la recuperación de aquellos músculos y de aquellas articulaciones que hayan sufrido alguna lesión.
  • Alivia los males posturales, resultando muy beneficioso para la columna vertebral.
  • Mejora la flexibilidad.

Junto a estos beneficios, el Yoga en el agua, al igual que otras formas de Yoga, tiene un efecto positivo sobre los niveles de estrés y de ansiedad. Éstos se reducen gracias a la práctica del Yoga en el agua. Así mismo, el Woga sirve también para mejorar la autoestima, controlar el sobrepeso y mejorar la respiración.

La inmersión en un medio lleno de agua templada mejora, al mismo tiempo, nuestro sistema inmunológico como efecto de la estimulación que para la circulación sanguínea y el drenaje linfático implica el estar sumergidos en agua.

Asanas para Woga

Las asanas que se realizan en el Yoga en el agua pueden ser de varios tipos. En algunos casos, las posturas de Woga son individuales. En otras, colectivas. Algunas se realizan en estado de flotación y otras, buscando un apoyo que puede encontrarse en el mismo suelo de la piscina o en el borde de la misma. Para conseguir una completa relajación muscular se recomienda practicar el Woga en una piscina cuya agua esté a una temperatura que oscile entre los 34 y los 36 grados.

El bajo riesgo que para las articulaciones y la musculatura supone la práctica del Yoga en el agua convierten a esta modalidad de Yoga en un tipo de ejercicio muy recomendable para personas de cualquier edad. Los movimientos, dentro del agua, se realizan con mayor suavidad. Esto hace que la posibilidad de sufrir alguna lesión se reduzca considerablemente hasta hacerse mínima.
Los puristas del Yoga, sin embargo, no miran con buenos ojos este tipo de práctica. Para ellos, el Woga está muy alejado tanto de la filosofía como del nivel de exigencia del yoga original.