Una vez detectada una enfermedad, Ayurveda puede actuar de dos maneras para afrontarla. Mediante una curación gradual o mediante una terapia de choque. La primera forma de actuar recibe el nombre de Shamana; la segunda, de Shodana o Panchakarma.

Con el nombre de Shamana se conoce a un proceso de curación gradual que sirve para encender el agni, neutralizar las toxinas y estimular la digestión mediante el empleo de infusiones, decocciones y ayunos que, combinadas con el seguimiento de una dieta ayurvédica adecuada y de una serie de rutinas vitales (hacer ejercicio, baños, exponerse al aire fresco…) deben servir para devolver al cuerpo la salud perdida.

Shamana utiliza una serie de técnicas y esas técnicas son: dieta, svedam, hidroterapia, din charya, rutu charya, sad vritta y algunas rutinas complementarias. Veamos en qué consiste cada una de las citadas técnicas de Shamana.

Dieta

En la dieta propia de Shamana debemos incluir no sólo los alimentos propios de la dieta ayurvédica habitual en cada estación. Debemos, también, incluir decocciones o infusiones de hierbas que nos sirvan, junto a la dieta, para eliminar el ama y atender a la dosha que se encuentre más desequilibrada.

La dieta del período Shamana debe servir para eliminar las impurezas de la sangre y purificarla. Para ello son de mucha utilidad la cúrcuma, el azafrán, el diente de león, etc.

Cada dosha exige un tratamiento especial durante el Shamana:

  • El desequilibrio de Vata exige una purificación suave basada fundamentalmente en el uso de alimentos salados y, en menor medida, ácidos y dulces.
  • El desequilibrio de Pitta exige una purificación Shamana basada en sabores amargos, dulces y, finalmente, astrigentes. Los alimentos crudos juegan un gran papel en este proceso de curación lento.
  • El desequilibrio de Kapha se corrige con sabores picantes y, en menor medida, con amargos y astrigentes. Si dicho desequilibrio fuera acompañado de una importante existencia de ama, hay que limpiar primero los canales o srotas en que ama se acumula para, después, poder hacer uso, con finalidad Shamana, de los sabores picantes. En estas circunstancias, los alimentos deben ser calientes, secos e intensos.

El empleo de la dieta como terapia Shamana contempla también dos posibilidades: el uso de las llamadas dietas purificantes y el empleo ocasional del ayuno.

Una dieta purificante tiene un objetivo prioritario: eliminar de una manera drástica las toxinas acumuladas sin, por ello, sacrificar la nutrición esencial. La terapia Shamana puede echar mano de las dietas purificantes basadas en el consumo de un solo producto, de una fruta determinada o de un tipo de grano (dependerá todo ello de la constitución del individuo) por un período de tiempo muy corto.

Al igual que la dieta purificante, el ayuno debe ser utilizado de manera puntual en la terapia Shamana. Abusar de ambos remedios supone arriesgarse a debilitar en exceso el organismo. La constitución personal debe tenerse muy en cuenta cuando se planea un ayuno. Éste puede ser, también, de carácter espiritual. El ayuno espiritual suele practicarse en los días llamados “eukadis”, que son los días que coinciden 11 días después de luna llena y 11 días después de luna nueva.

Svedam e hidroterapia

Con el nombre de svedam se conocen las aplicaciones de calor extra que aplicamos a nuestro cuerpo. Estas aplicaciones de calor pueden ser de distinto tipo: mediante aplicaciones de calor seco, mediante compresas de calor húmedo, mediante inhalaciones de vapor, mediante baños de vapor…

La hidroterapia forma parte importante de los remedios propios de la terapia Shamana. Las duchas frías (útiles para las afecciones Pitta), los baños genitales o las frotaciones diarias forman parte de esos remedios que la terapia Shamana encuentra en el rico universo de la hidroterapia.

Din Charya

La rutina diaria de higiene forma parte de la terapia Shamana para enfrentarse a la enfermedad desde la perspectiva ayurvédica. Dicha rutina diaria recibe el nombre de Din Charya y consiste en la limpieza prolija y exhaustiva de cuerpo, dientes, ojos, oídos, fosas nasales y lengua.

La limpieza de la lengua adquiere una importancia fundamental en la terapia Shamana. Limpiando la lengua eliminamos el am que se deposita sobre ella. Para realizar una cuidadosa limpieza de la lengua y la boca podemos realizar gárgaras de agua tibia con un poco de sal y ghee.

Rutu Charya

Dentro de la terapia Shamana existe una práctica que recibe el nombre de Rutu Charya y que consiste en adaptar el cuerpo a la evolución de las estaciones. En invierno, por ejemplo, se aconseja realizar ejercicios que fortalezcan el cuerpo y evitar el exceso de líquido. Al mismo tiempo, se aconseja ingerir alimentos calientes y, en la medida de lo posible, incorporar miel, ghee, pimienta, jengibre y limón en la dieta. En verano, por su parte, resulta aconsejable integrar alimentos dulces y frescos a la dieta. Evitar los alimentos muy picantes, consumir bastante líquido y tomar baños fríos son otros de los pasos que, formando parte del Rutu Charya, la terapia Shamana aconseja.

Sad Vritta

El Sad Vritta es, por decirlo de algún modo, la parte mental de la terapia Shamana. Desarrollar una buena cultura mental es fundamental para evitar que surjan enfermedades que podrían convertirse en crónicas. Eliminar la ansiedad y la ira de entre nuestros sentimientos nos permitirá introducir en nuestra mente pensamientos positivos que nos harán incrementar nuestra sensación de alegría y, con ello, mejorar nuestro estado de salud.

Cada uno de los dosha exige un tratamiento Sad Vritta particular para que la terapia Shamana sea efectiva. Unos necesitarán música y meditación, otros exigirán el uso de ejercicios intensos, en algunos casos, incluso, será necesario recurrir a las técnicas de vendaje para favorecer que la calma se apodere de nosotros.

Otras rutinas

Para completar la terapia Shamana se debe procurar:

  • Dormir las horas necesarias.
  • Vivir en un lugar adecuado para nuestras doshas. Pitta se encuentra más en su ambiente en un lugar fresco y Vata, en uno templado o cálido.