Dentro del Hatha Yoga encontramos un estilo pasivo de Yoga que es el Yin Yoga. La característica principal de esta modalidad de Yoga es que las posturas adoptadas durante la práctica de la misma se mantienen durante un período de tiempo nunca inferior a los tres minutos.

El objetivo principal del Yin Yoga es estirar y, con ello, rejuvenecer los tejidos conectivos, los ligamentos, los tendones, las articulaciones, el líquido sinovial y los canales de energía. Por otro lado, el Yin Yoga es un estilo de Yoga muy adecuado tanto para estimular el flujo del prana o energía vital como para llevarnos a un estado de relajación profunda.

Tejido yin y Tejido yang

El Yin Yoga se basa sobre la premisa de que en el cuerpo humano existen dos tipos de tejidos, el tejido yin y el tejido yang.

El tejido yin es aquél que compone tanto el hueso como el tejido conectivo; es decir: el tejido que se encuentra en los niveles profundos del cuerpo humano, cerca de su núcleo esencial. El tejido yin sería aquel tejido que cambia a un ritmo más lento. Para mejorar este tejido hay que hacer un trabajo largo, sostenido, paciente y profundo. Trabajado adecuadamente, el tejido yin tiende a flexibilizarse.

El tejido yang, por su parte, sería el tejido más cercano a la superficie. Si el tejido yin es un tejido frío, el tejido yang es un tejido tibio o caliente. El tejido yang es un tejido activo, dinámico y muy flexible. El trabajo del tejido yang debe ser un trabajo basado en los movimientos repetitivos y rítmicos. Al trabajar así el tejido yang, éste se vuelve más fuerte.

Yin Yoga y canales de energía

El Yin Yoga es una modalidad de Yoga ideal para trabajar el tejido yin. Gracias a la adaptación que realiza de las posturas de Yoga tradicionales, el Yin Yoga trabaja de manera específica tanto el tejido conectivo como los canales energéticos del cuerpo.

El Yin Yoga es una modalidad de Yoga procedente de China. Fue allí, al amparo del taoísmo, donde nació. Y, al igual que hace la medicina tradicional china, el Yin Yoga sostiene que la energía se mueve a través del cuerpo por canales que reciben el nombre de meridianos o nadis. Según las teorías de la medicina tradicional china, los nadis se encuentran en la fascia. La fascia es una especie de telaraña, una sustancia fibrosa que envuelve y conecta a todo el cuerpo. Así, al estimular la fascia lo que estamos haciendo es estimular los meridianos/nadis corporales.

Lo que el Yin Yoga ha conseguido a lo largo de su historia es desarrollar asanas que sirven específicamente para trabajar los canales energéticos de los principales órganos vitales. Al mantener una asana de Yin Yoga lo que estamos haciendo es estirar el cuerpo entero y estimular sus meridianos, actuando positivamente sobre corazón, hígado, pulmón, riñón, bazo, intestinos, etc.

Al trabajar el tejido yin mediante la práctica del Yin Yoga estamos estimulando la producción de ácido hialurónico. Que se incremente la producción del ácido hialurónico se traduce en un incremento del fluido sinovial y en un incremento de la transmisión de señales energéticas en la fascia.

Tres posturas de Yin Yoga

La característica principal de las asanas de Yin Yoga que os vamos a recomendar es que éstas se realizan aprovechando la fuerza de la gravedad y el propio peso. Por eso son asanas pasivas. Porque se realizan sin que el músculo deba realizar un esfuerzo notable.

Las tres posturas que recomendamos son la Postura del Lagarto (Utthan Pristhasana), la Postura de la Mariposa (Baddha Konasana) y la Postura de la Cabeza de Vaca (Gomukhasana). Veamos cómo se realiza cada una de estas posturas.

Postura del Lagarto o Utthan Pristhasana

Esta asana, conocida también como “dragón”, es una asana que sirve para fortalecer los muslos y los isquiotibiales. Al mismo tiempo, la Postura del Lagarto prepara el cuerpo para poder afrontar aperturas de caderas más profundas.

Para realizar esta postura debes seguir los siguientes pasos:

  1. Colócate en la posición del perro cabeza abajo.
  2. Levanta alta la pierna derecha mientras mantienes la postura de perro cabeza abajo.
  3. Coloca el pie derecho por fuera de la mano derecha.
  4. Lleva tu rodilla izquierda al suelo y baja los antebrazos para apoyarlos en el suelo.

Postura de la Mariposa o Baddha Konasana

Esta asana de Yin Yoga, que abre y relaja las caderas, es una postura muy beneficiosa para las mujeres embarazadas, ya que las prepara para el parto.
Para realizar esta asana, sigue las siguientes instrucciones:

  1. Siéntate con las piernas estiradas.
  2. Mueve los pies hacia el interior y junta las plantas de los pies lo más cerca posible de la pelvis dejando que las rodillas caigan a los lados.
  3. Relaja las rodillas y deja caer el tronco de tu cuerpo desde la cabeza hasta las ingles.
  4. Sujeta los dedos pulgares de los pies con los dedos de la mano. Si no alcanzas, sujeta el exterior de los pies.
  5. Mantén el nivel de la pelvis sin curvar la espalda.
  6. Lleva los hombros hacia atrás e intenta juntar los omóplatos.
  7. Mantén la posición durante varios minutos.

Postura de la Cabeza de Vaca o Gomukhasana

En nuestro artículo “Posturas de yoga contra la tensión cervical” dimos las instrucciones precisas para realizar esta asana. Te remitimos a él para que conozcas los pasos a seguir para realizar esta postura de Yoga.