Son muchas las ciudades del mundo que se otorgan la singularidad de haber crecido sobre siete colinas. La más famosa de todas ellas es, sin duda, Roma. Según reza la tradición, la antigua Roma se extendía sobre siete colinas ubicadas al este del Tíber. Estas colinas eran el Aventino, el Capitolino, el Celio, el Esquilino, el Palatino, el Quirinal y el Viminal. Por su parte, São Jorge, São Vicente, São Roque, Santo André, Santa Catarina, Chagas y Sant’Ana serían las siete colinas sobre las que se asentaba la Lisboa que conoció un tal Frei Nicolau de Oliveira allá por el siglo XVII. Los amantes de la historia y la geografía de Barcelona, por su parte, afirman que también la Ciudad Condal posee siete colinas, a saber: el Carmel, el turó de la Rovira, la Creueta del Coll, el Putget, del Turó de la Peira, el turó de Monterols y el turó d’en Modolell, todas ellas colinas que han sido absorbidas, en su gran parte, por el paisaje urbano, que ha acabado camuflando de un modo más o menos efectivo su existencia.

India, el país al que dedicamos nuestra web y que se convierte en protagonista principal de esta sección dedicada al turismo y a los lugares que visitar en tan inmenso país, también tiene su ciudad de las siete colinas. Esa ciudad es Tirumala, y se halla ubicada en el área metropolitana de la ciudad de Tirupati, en el estado de Andra Pradesh, en el suroeste de la India.

Una de las siete colinas de Tirumala es el monte Venkatachalam. En este monte de Tirumala se encuentra el templo hindú más visitado de la India, el templo de Tirupati Venkateswara. Con alrededor de 60.000 visitantes diarios (que en ocasiones especiales pueden llegar a alcanzar la cifra de 200.000), se suele decir que el templo de Tirupati Venkateswara sólo es superado en todo el mundo en cuanto a número de visitantes por la romana Basílica de San Pedro, en la Ciudad del Vaticano.

Para llegar a Tirumala, muchos viajeros optan por hacer senderismo desde Tirupati. Para ello, deben recorrer un bello camino que recibe el nombre de Alipiri Mettu, tiene once quilómetros de largo y pasa por un parque de venados. Los viajeros menos caminantes o menos amantes de la naturaleza, por su parte, pueden optar por desplazarse de Tirupati a Tirumala en autobús o minibús. Siendo como es un lugar de peregrinación para los hindúes, no faltan vehículos de este tipo que realicen tan corto trayecto.

Las colinas de Tirumala se encuentran ubicadas a unos 980 metros sobre el nivel del mar y, según la leyenda, simbolizan o representan las siete cabezas de Shesha, una divinidad con forma de serpiente y que, según el hinduismo, fue una de las primeras en existir tras la creación.

Al templo de Tirupati Venkateswara se le conoce también como el Templo de las Siete Colinas o templo de Tirumala, y sirve para rendir culto a Venkateswara, una encarnación de Vishnu, la divinidad que, junto a Shiva y Brahma, representa la trinidad del hinduismo.

Construido en su mayor parte entre los siglos IX y XIX, en el complejo que forma el templo de Tirumala pueden encontrarse también alojamientos modernos. No en vano, el templo de Tirupati posee, seguramente, uno de los sistemas más organizados para poner orden al inmenso caudal de personas que acuden a visitarlo. Para evitar grandes congestiones, se lleva un registro individual anticipado de todas aquellas personas que decidan visitar el templo. Dicho registro incluye la toma de una fotografía y el archivo de una huella digital de cada uno de los visitantes.

Una vez dentro del templo de Tirupati, la deidad puede verse de dos formas: gratuitamente o pagando. ¿Qué diferencia hay entre una forma y otra? Que la elección de la forma gratuita implica una espera de unas diez horas. Durante ese tiempo, los visitantes y peregrinos que guardan cola pueden sentarse de tanto en tanto y son agasajados con comida gratis y café o té cada dos horas. La forma de pago, por su parte, implica una espera para ver a la divinidad (a la que no se le pueden hacer fotos) de sólo unas 3 o 4 horas.

El negocio de la venta de cabello

Dentro del templo de Tirupati puede contemplarse un ritual muy especial: el de la tonsura. Siguiendo este ritual, el visitante podrá comprobar cómo unos cuatrocientos barberos se encargan de rapar diariamente a entre 5.000 y 10.000 devotos. Mediante el ritual de la tonsura o mokku, los fieles del dios Venkateswara solicitan al mismo lluvia, hijos o un buen trabajo.

El templo de Tirupati está gobernado por la fundación Tirumala Tirupati Devasthanams (TTD). Esta fundación, que agrupa a 16.000 empleados y gestiona 27 instituciones educativas y sanitarias, subasta cada tres meses unas 60 toneladas de cabello a empresas exportadoras de Bangalore y Chennai. El cabello indio está muy valorado, y en los centros de belleza más exclusivos de occidente una extensión de cabello natural indio puede alcanzar un precio de entre 1.000 y 2.000 euros.

La longitud y la calidad del cabello cortado y subastado en el Templo de Tirumala determina el valor de dicho cabello. Un kilo de cabello de buena calidad y de más de 50 cm de largo puede superar los 100 euros. Se calcula que, anualmente, el templo de Tirupati ingresa unos 20 millones de euros de la subasta y venta de pelo.

El templo de Tirupati Venkateswara es, sin duda, uno de los templos más ricos del mundo. Se calcula que las donaciones que recibe, unido a la venta y subasta de cabello de los fieles que celebran en él el ritual de la tonsura, permiten al templo manejar un presupuesto anual de unos 200 millones de euros.